Afleveringen
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En el último programa de esta temporada hablamos de las zonas de baño autorizadas en Castilla y León y de la aplicación para móviles "Senderos Fáciles".PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. Hoy, con el verano recién estrenado y con las temperaturas cada vez un poco más altas, hablamos de algo que llevamos ya tiempo pensando: dónde están o cómo buscar alguno de esos rincones de Castilla y León en los que poder darnos un refrescante baño, por ejemplo, en las aguas de un río.Desde hace unos días se nota que una de las búsquedas que más ha subido en SIEMPREDEPASO es, precisamente, la de las zonas oficiales de baño autorizadas este año en Castilla y León.Estamos hablando del listado de lugares especialmente controlados por la Consejería de Sanidad que publica la Junta de Castilla y León. Cada año, entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, la Consejería de Sanidad va actualizando semanalmente un listado de lugares especialmente indicados para el baño en zonas fluviales de Castilla y León. Se trata de lugares ubicados casi todos en el entorno de pueblos y también en algunos embalses que cuentan con un mínimo de infraestructuras para facilitar el baño y en los que se tiene en cuenta, sobre todo, dos aspectos fundamentales: que sean seguros y que el agua no contenga ningún tipo de contaminación. De hecho, cómo digo, son aguas que se analizan de una manera constante para que puedan seguir formando parte del listado que se actualiza cada semana.Este año, y en esta primera semana de la temporada, el listado está formado por 33 zonas que, como digo, además en la que, además de asegurarse la idoneidad del agua para el baño, cuentan, la mayoría de ellas con un mínimo de infraestructura: generalmente algo de arena en las orillas, si es que la zona forma parte del curso de un río o un embalse, papeleras, caminos de acceso en buen estado, incluso en muchos de ellos encontramos algún chiringuito o zonas especialmente habilitadas para comer al aire libre. En el listado también encontramos varias zonas de baño habilitadas en piscinas fluviales, que son recintos construidos junto a la orilla de algunos ríos, con césped alrededor, y pero que se llenan también con el agua de los ríos junto a los que están.Pero ¿a qué lugares podemos acercarnos para disfrutar de un baño campestre?Bueno, lo primero que yo recomiendo es visitar el blog SIEMPREDEPASO.ES y localizar el último de los reportajes que he publicado y que está dedicado, precisamente, a detallar cuáles son y dónde están todas y cada una de las zonas de baño autorizadas que hay en Castilla y León este año. La ventaja de buscarlo en el blog es que, pinchando en cada una de ellas, se no va abrir en GOOGLE MAPS la ubicación exacta de estas zonas con lo que, además, resulta muy fácil descubrir cómo llegar a cada una de ellas desde donde estemos.Como digo, este año son 33 espacios repartidos por las distintas provincias de Castilla y León, a excepción de la provincia de Salamanca, que no cuenta con ninguna.Y, respecto a hacer alguna recomendación, pues todo depende de los gustos de cada cual o, por ejemplo, del lugar en el que nos encontremos pasando las vacaciones o el fin de semana. De todas, la provincia que cuenta con más áreas de baño autorizadas es la de León, con un buen montón de piscinas fluviales en torno a los ríos Cúa, Burbia, Órbigo o Ancares. Pero desde luego, un rincón estupendo para un buen baño de verano es la playa fluvial que encontramos en la orilla del lago de Carucedo. Además de ser un rincón muy bonito de la provincia, esta playa está acondicionada con diferentes servicios y vamos a encontrar mucha sombra y también mucha hierba para tumbarnos a tomar el sol, por ejemplo. Pero lo mejor de todo es que el lago de Carucedo forma parte del sistema de la explotación aurífera ideada por los romanos en el yacimiento de Las Médulas, que encontramos muy cerca de Carucedo. De hecho, la zona de baño de la que estamos hablando es accesible para sillas de ruedas mediante pasarelas de maderas desde la misma Casa del Parque de Las Médulas, que está justo al lado de la playa. Digo todo esto porque una buena idea para una escapada este verano podría ser dedicar un día a visitar Las Médulas y su entorno y aprovechar también para un buen chapuzón en el lago…Pero hemos hablado mucho durante las últimas semanas de paseos por la naturaleza y hoy lo que también quería era hablar de una aplicación para móviles que nos va a poner las cosas mucho más sencillas a la hora de localizar dónde están y cómo hacer esos paseos.La aplicación se llama SENDEROS FÁCILES y es una recopilación de las propuestas publicadas en el blog de viajes SIEMPREDEPASO. ES. Lo que tiene de especial esta aplicación es que resulta muy fácil localizar los paseos sencillos que podemos hacer en cada una de las provincias y, sobre todo, encontrar aquellas que, además de ser sencillas, están especialmente indicadas para realizar con niños.El funcionamiento de la aplicación es tan sencillo como escoger la provincia de Castilla y León en la que queramos localizar un paseo y después abrir aquel que nos parezca más interesante. De cada uno de los paseos vamos a encontrar los datos básicos que nos indican la longitud, el tiempo aproximado que se puede tardar en realizar, si es circular o lineal y, también, si está especialmente indicado para hacer con niños.Después de esto, cada paseo viene acompañado de una pequeña introducción y, lo que es más interesante, con una serie de enlaces mediante los que vamos a poder ver el trazado de exacto de cada paseo tanto en GOOGLE MAPS como en la plataforma WIKILOCS, con lo que, de un solo vistazo, vamos a poder ver dónde se encuentran situados, el desnivel que tienen o incluso, dejar que Google nos guíe hasta el punto de inicio del paseo.Y, por supuesto, tenemos también el enlace para acceder directamente al lugar del blog en el que se encuentra publicada la descripción detallada de ese recorrido, con fotografías, mapas, vídeos… etc.Como digo, se trata de una aplicación para llevar en el móvil y poder consultarla en cualquier momento y que podemos descargar desde las páginas del blog SIEMPREDEPASO.ES. Ahí vamos a poder escoger entre la versión gratuita, que recoge 25 senderos fáciles de Castilla y León o la versión PREMIUM, que se actualiza cada mes con todos los senderos publicados en el blog, y a la que solo se puede acceder desde la suscripción PREMIUM del blog, que tiene un coste tan simbólico como 1 € al mes.
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Seguimos con nuestras propuestas de senderismo fácil para pasear por cada una de las provincias de Castilla y León. En esta ocasión proponemos rincones de Salamanca, Ávila y Segovia.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. Puedes ver más propuestas de paseos sencillos en: https://siempredepaso.es/category/senderismo
Hemos venido proponiendo en estas semanas anteriores paseos posibles en cada una de las provincias precisamente para tener siempre uno a mano y poder prepararnos, en un momento dado, una pequeña escapada.
Esta semana podemos retomar nuestra lista empezando con un par de recomendaciones, por ejemplo, en la provincia de Salamanca.
Aquí voy a proponer dos paseos que podemos realizar al pie de la Sierra de Francia, muy cerquita el uno del otro y muy fáciles de realizar los dos.
El primero de ellos es un recorrido por el interior de lo que se conoce como Las Cavenes de El Cabaco, que pudiera parecer por el nombre un juego infantil de palabras pero que en realidad son unas minas que los romanos explotaron al pie de la Peña de Francia, junto a la localidad de El Cabaco, con la intención de extraer oro.
En Las Cavenes utilizaron exactamente el mismo sistema que utilizaron en Las Médulas y que se conoce en latín como ruina montium. O, lo que es lo mismo, derribar la montaña para extraer la pepitas de oro que se encuentran mezcladas con la tierra.
Lo que sucede en esta explotación de oro de Salamanca es que el paisaje no quedó tan espectacularmente transformado como sucedió en Las Médulas. En cualquier caso, lo que propongo es que realicemos el paseo señalizado que lo recorre –es un paseo muy cortito- y que, a través de paneles explicativos nos van a ir contando cómo estaba organizada exactamente esta explotación. Entre las cosas de las que nos vamos a dar cuenta está que los romanos fueron unos ávidos prospectores de mineral y, en concreto, de un oro que buscaron como nadie hasta debajo de las mismísimas piedras, nunca mejor dicho. Su afinada vocación prospectiva no tardó en descubrir que todo el noroeste peninsular era rico en yacimientos de oro potencialmente explotables. Y uno de esos yacimientos es, precisamente, el de Las Cavenes. Como digo, se trata de un recorrido señalizado, corto en extensión pero muy entretenido, sobre todo porque nos va a enseñar a mirar e interpretar el paisaje que estamos viendo. Algo que a muchos les va a sorprender es, precisamente, descubrir a través de los paneles cómo el relieve de todo ese entorno está profundamente transformado por la mano del hombre aunque hoy en día, cubierto como está por una densa masa forestal, cuesta bastante darse cuenta a simple vista.
Y estando en El Cabaco yo aprovecharía para realizar La Senda de los Castaños Centenarios. La encontramos junto al camping de la localidad de El Casarito y tiene cerca de un kilómetro y medio. Y recomiendo el paseo por esta senda por varias razones. La primera es porque toda ella está acondicionada de tal manera que puede recorrerse hasta con un bebé en silla de ruedas. Es decir que, si se quiere, podemos llevar a los niños más pequeños de la familia para que conozcan y toquen un ser vivo de 350 años de edad: el Castaño de El Casarito. Además, y por suerte, en el paseo hasta el castaño vamos a pasar también junto a otros enormes castaños, que seguro que son también muchas veces centenarios.
Otra recomendación que añado es que poco después de recalar en el Castaño de El Casarito sigamos las indicaciones que llevan hasta un espacio con rocas graníticas en las que el artista Manuel Tomé talló a su aire una serie de figuras según las formas que le sugerían esas rocas: cabezas de ballena, elefantes, lagartos, leones, caras humanas… aprovechando los perfiles del granito. Y aunque algunas ya se han roto y están algo desfiguradas, dedicar un rato a descubrirlas es un juego que los niños van a disfrutar mucho.
Y pasamos ya a la provincia de Ávila. Aquí yo recomendaría, sin dudarlo, acercarse hasta el pequeño pinar de Hoyocasero, un pinar con un gran valor ecológico.
A simple vista, el pequeño pinar de Hoyocasero, en la vertiente norte de Gredos, puede parecer un pinar como cualquier otro. Sin embargo, está considerado por los científicos como una joya de la botánica. Especialmente porque en su suelo se encuentran plantas únicas en el mundo y otras que son muy raras en toda la Península.
Y lo que tiene de especial es que encontramos en él tres comunidades florísticas bien diferentes. Entre los pinos, junto a las tamujas y las piñas que caen desde lo más alto, conviven especies propias de zonas de montaña, con especies asociadas al matorral mediterráneo y con especies eurosiberianas. Por ejemplo, una de las rarezas botánicas que atesora es el lirio de los valles, una planta rara en la península Ibérica y que únicamente se da en los hayedos del norte.
Dado que estamos hablando de un espacio de gran interés ecológico, quizás no está de más advertir de la necesidad de abstenerse de cualquier tipo de recolección, por mínima o inofensiva que nos pueda parecer.
El inicio del recorrido por el pinar lo encontramos en el área recreativa de Albuñón, 1 kilómetro antes del pueblo de Hoyocasero.
Y para la provincia de Segovia, una idea puede ser la de acercarnos hasta la localidad de Maderuelo, con una fantástica estampa medieval junto al embalse de Linares del Arroyo, y aprovechar tanto para dar un tranquilo paseo por sus calles como para animarnos a hacer después el sendero señalizado de pequeño recorrido SG-10, que arranca en la parte baja de la localidad y que nos va a llevar por la orilla izquierda del embalse.
Se trata de un paseo circular, con inicio y final en Maderuelo, de unos 4 kilómetros que se pueden hacer en algo más de una hora y que tiene la ventaja de que el primer kilómetro, que es el que lleva desde el pueblo hasta un área recreativa que hay en las orillas del embalse, está acondicionado incluso para hacer con sillas de ruedas. -
Zijn er afleveringen die ontbreken?
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Una semana más continuamos proponiendo paseos sencillos y atractivos por entornos naturales de Castilla y León para disfrutarlos en cuanto sea posible.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. Puedes ver más propuestas de paseos sencillos en: https://siempredepaso.es/category/senderismo
Hace un par de programas comenzamos a hacer una pequeña relación de paseos por entornos naturales en cada una de las provincias de Castilla y León hasta los que poder acercarse en cuanto las circunstancias nos lo permitan. Así que, si te parece, vamos a continuar proponiendo rincones o senderos que puedan resultar particularmente apetecibles para retomar ese contacto con la naturaleza que muchos estamos deseando cada vez con más ganas.
Y como seguro que nuestros oyentes ya tienen apuntadas por ahí las propuestas que hicimos para las provincias de Soria, Valladolid, Palencia y Burgos hoy podemos continuar, por ejemplo, haciendo la primera de las propuestas para organizarnos un recorrido por la provincia de León.
Como te puedes imaginar, hay también un montón de propuestas sencillas que podríamos señalar pero por concretar alguna voy a sugerir un paseo por el Desfiladero de los Calderones, un pasillo natural que encontramos en la comarca de Luna, junto a la localidad de Piedrasecha, y en un bellísimo entorno de montaña rodeado de bosques de roble y sabinares.
Se trata de un paseo señalizado como “Ruta de los Calderones” que tiene como principal atractivo llevarnos hasta un estrecho pasillo de rocas calizas, de apenas un par de metros de ancho, tallado por el arroyo de los Calderones y que está considerado Punto de Interés Geológico. Los geólogos explican que este pasillo es fruto de la acción erosiva del arroyo de los Calderones sobre unas calizas que fueron formándose hace 360 millones de años, cuando toda esa zona no era otra cosa que el fondo de un mar al que iban a parar los caparazones de los animales muertos. Lo interesante aquí es ver cómo el agua y la disolución kárstica han ido trabajando pacientemente todo el repertorio de cuevas, simas y formas de las que son capaces y que nos vamos a ir encontrando en este paseo.
Una de esas cavidades talladas por la erosión, ubicada en alto y al comienzo de este pasillo natural, en uno de sus rincones más espectaculares, es la Cueva de las Palomas, que la devoción popular tiene convertida en una pequeña ermita en la que se venera a la Virgen del Manadero, objeto de una multitudinaria romería que tiene lugar cada verano el último domingo de julio.
La vamos a encontrar, como digo, al comienzo de ese pasillo natural, en una de sus paredes y para llegar hasta ella vamos a tener que subir por una larga escalinata que asciende hasta la mitad de la ladera.
Uno de los grandes atractivos de este paseo es poder adentrarnos por ese estrecho desfiladero pero, como bien intuyes, el paso del arroyo de los Calderones lo impide durante los meses más lluviosos del año. Se trata de una corriente de carácter estacional que, en época de lluvias o deshielos ocupa, desde aquí y hacia arriba, todo el espacio disponible entre pared y pared. Pero la buena noticia para los caminantes es que cuando llega el buen tiempo, el caudal merma hasta llegar a desaparecer por completo durante unos meses para continuar fluyendo bajo tierra. Y es entonces cuando el paso por Los Calderones queda abierto para el peatón.
También para los pastores que guardaban su cabaña en la vega de Santas Martas, un kilómetro más arriba, pasado ya el desfiladero, y donde en otros tiempos dicen que existió todo un pueblo con abadía incluida. Un pueblo que desapareció por completo, según cuenta una leyenda, por comulgar todos los vecinos un domingo con un pan que había sido hecho, sin saberlo, con el agua en el que había estado una salamandra, un animal al que se atribuye en muchas leyendas, de manera infundada, una gran capacidad para envenenar el agua.
Bueno, pues hasta ahí, precisamente, hasta esta vega de Santas Martas, es hasta donde podemos continuar nosotros este fácil paseo que desde Piedrasecha tiene algo más de 3 km, que se pueden hacer sin dificultad en alrededor de una hora.
Para la provincia de Zamora propongo acercarnos hasta la localidad de Almaraz de Duero porque nos vamos a encontrar con la posibilidad de poder realizar, al menos, alguno de los tres paseos que encontramos señalizados en su entorno.
Almaraz de Duero es una localidad situada 20 kilómetros al oeste de la capital zamorana formando parte de la comarca de Tierra del Pan. Y, como vamos a descubrir en esta visita, uno de sus rasgos paisajísticos más destacados viene dado por el paso de un río Duero que empieza, precisamente en este lugar, a dar forma a lo que tan solo unos pocos kilómetros más adelante serán los espectaculares cañones que forman las Arribes del Duero.
De hecho, el primero de los paseos que propongo en Almaraz es el que lleva hasta uno de los lugares más singulares del municipio: la cascada de Las Pilas, una pequeña concatenación de pozas y cascadillas que saltan hasta las mismas orillas del Duero. Un bello rincón de estas Arribes incipientes que cuenta con el aliciente de un puñado de ruinas que pertenecieron a las antiguas explotaciones mineras que buscaron por aquí, a finales del siglo XIX y principios del XX, sacarle rentabilidad a la extracción de estaño. Igual que lo hicieron los romanos unos 2.000 años antes.
Y la verdad es que es toda una sorpresa descubrir cómo, a medida que nos vamos acercando a las orillas del Duero, se produce un cambio radical en el paisaje. Tanto porque empezamos a ver ese incipiente abarrancamiento del discurrir del Duero como al descubrir en la misma orilla las ruinas descarnadas de lo que en su día fue una de las varias explotaciones de estaño que, mientras duraron, vinieron a dar vida a una zona extremadamente aislada y pobre. La aventura de la minería del estaño, de la que todavía se localizan restos en varios puntos de los alrededores de esta localidad, corrió a cargo aquí de compañías inglesas y alemanas hasta que la falta de rentabilidad consumó un abandono al que los propios vecinos de Almaraz quisieron resistirse, continuando la explotación de los yacimientos durante algunos años más por su cuenta.
Precisamente, para alcanzar Las Pilas, que son una sucesión de cascadas que se remansan en verdes pozas de aguas cristalinas hay que pasar por entre los restos de una de estas minas y después curiosear los distintos saltos de agua y pozas que conforman este paraje. Desde Almaraz hasta aquí hay unos 5 km que podemos hacer andando o en bicicleta, aunque conviene advertir que como la señalización no es del todo clara en algunos puntos no está de más contar con la documentación en pdf que puede descargarse desde el reportaje publicado en el blog SIEMPREDEPASO.ES.
Otro de los paseos que yo recomendaría estando en Almaraz de Duero es el que lleva hasta los restos de la ermita de San Pelayo, en un promontorio con una espectaculares vistas sobre el Duero y en un lugar en el que existió con anterioridad a la ermita un santuario rupestre prerromano del que pueden verse diversas marcas en las rocas cercanas al cuadrilátero de la ermita, así como la talla de una tumba antropomorfa. -
Esta semana continuamos proponiendo paseos sencillos y atractivos por entornos naturales de Castilla y León para disfrutarlos en cuanto sea posible.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León.
Seguimos sugiriendo senderos hasta los que podemos acercarnos en cada de una de las provincias de Castilla y León para disfrutar, por ejemplo, de un día de paseos y naturaleza, por supuesto, respetando la normativa y las pautas que las autoridades nos vayan dictando en cada momento.
Se me está ocurriendo que, si por ejemplo vivimos en la provincia de Valladolid, un buen lugar hasta el que podremos acercarnos para pasar el día es el monasterio de la Santa Espina, en pleno corazón de los Montes Torozos. Un hermoso rincón de la provincia en el que tuvo lugar un destacado acontecimiento histórico.
El monasterio es conocido fundamentalmente por dos cosas. Por un lado, por atesorar la reliquia que le da nombre: una de las espinas de la corona de Cristo que, según la tradición, fue recogida por el emperador Carlomagno en Constantinopla. Pero, sin duda, el hecho histórico más relevante que tuvo lugar en él fue el abrazo que se dieron aquí, el 28 de septiembre de 1559, dos hermanos que hasta ese momento no se conocían. Y estoy hablando, nada menos, que del rey Felipe II y su hermanastro Juan de Austria. Como digo, hasta ese momento, don Juan de Austria, que era hijo ilegítimo de Carlos I, había sido criado y educado prácticamente en secreto por el mayordomo de Carlos I, don Luis de Quijada, y su mujer en la vecina localidad de Villargarcía de Campos, donde tenían su castillo-palacio.
Hoy lo que sugiero es que nos acerquemos hasta el monasterio pero con del objetivo de realizar el paseo señalizado que discurre entre el monasterio y el cercano embalse de La Santa Espina o de Cavestany. Se trata de una apetecible opción para disfrutar de este singular oasis en el corazón de los Montes Torozos y que está señaliza como “Senda del Pantano”. El tramo que lleva hasta las orillas del embalse arranca señalizado con flechas naranjas en un lateral del monasterio mientras lo rodea por dentro, permitiendo ver algunas de las dependencias, huertas e invernaderos que forman la Escuela de Capacitación Agraria. La salida del recinto se realiza ascendiendo la Cuesta de la Nevera, nombre que recuerda el pozo de nieve que los monjes tenían aquí y en el que hacían acopio de este lujo tan difícil de conservar en un lugar tan alejado de las montañas. Entre el monasterio y el embalse median unos tres kilómetros que vamos a poder recorrer muy fácilmente en unos 30 minutos. Es un paseo que se podría hacer con niños.
Otra recomendación sería no olvidarnos de los prismáticos porque este embalse es también refugio para un gran número de especies de aves y seguro que vamos a disfrutar mucho con su observación.
En la provincia de Palencia podríamos escoger entre un montón de opciones, por ejemplo, cualquiera de los muchos senderos señalizados que encontramos en el entorno de la Montaña Palentina.
En esta ocasión, y por citar uno en concreto, voy a sugerir que nos acerquemos hasta el Pinar de Velilla, una joya botánica que encontramos muy cerca de la localidad de Velilla del Río Carrión. Y digo que es una pequeña joya botánica porque se trata de uno de los dos únicos pinares, junto al Pinar de Lillo, de pino silvestre autóctono que en otro tiempo poblaron la Cordillera Cantábrica. Ambos están considerados como bosques de carácter relicto, es decir, que han llegado hasta nosotros como un resto de lo que en otras épocas de la formación de la Tierra era la cobertura forestal característica que se extendía por esta cordillera.
En este caso, el inicio del recorrido, muy fácil de realizar y corto, hay que buscarlo junto a la colonia de vacaciones Ciudad del Brezo, a dos kilómetros de Velilla, en la carretera que lleva hacia Camporredondo. A las afueras de la colonia, en dirección a Valcobero, se encuentra situado el aparcamiento y el panel informativo desde el que arranca la visita. En la parte más alta del recorrido se localizan dos miradores, uno de ellos con un panel interpretativo del paisaje circundante. La Senda del Pinar de Velilla es una ruta señalizada, circular y con una longitud total de 3,5 km que pueden realizarse en una hora y que también podemos hacer con niños.
Burgos es una de las provincias en las que encontramos un mayor número de paseos señalizados de todas las dificultades y para todos los gustos.
Por citar alguno en concreto, propongo acercarse hasta el Parque Natural Hoces del Alto Ebro y el Rudrón, en la comarca de Las Merindades. Una de las muchas excursiones a pie que pueden realizarse en el fantástico entorno natural dibujado aquí por los cañones del Ebro es la que recorre el solitario desfiladero de Los Tornos. Se tiende este pasillo natural, de unos 4 kilómetros de longitud, entre las localidades de Tudanca y Cidad de Ebro, dos alicientes más para estimular a quien desee conjugar en una sola jornada vistas panorámicas inolvidables; observación de gran variedad de aves o, al menos, de los numerosos buitres que sobrevuelan los cañones; ejercicio físico y aire puro; y la visita a dos pequeños pueblecitos asentados en el corazón más espectacular de estos cañones. Además, cuenta también la sensación de transitar por los mismos caminos que desde siempre utilizaron los vecinos de estas dos poblaciones para llegarse de la una a la otra.
No muy lejos de esta zona otro paseo muy fácil y lleno de atractivo es, por ejemplo, el tramo del sendero señalizado GR.99 que recorre toda la orilla del Ebro y que podríamos hacer entre las localidades de Escalada y Orbaneja del Castillo. Se trata de un tramo de 5 kilómetros, prácticamente llanos, que podemos hacer perfectamente también con niños y que nos va a llevar más o menos una hora de ida y otra de vuelta y que cuenta con el aliciente añadido de visitar dos hermosísimas localidades del norte de esta provincia y una de sus cascadas más espectaculares.
Efectivamente, Orbaneja es famoso tanto por el espectacular enclave en el que se encuentra como por el estado de conservación de su arquitectura y, sobre todo, por el salto de agua que brota en medio de la localidad y da pie a una de las estampas más atractivas y conocidas de Las Merindades. -
Pasamos un día de paseos en torno a la localidad de Calatañazor (Soria).
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. También puedes ver el reportaje que sobre este tema he publicado en el blog: https://siempredepaso.es/visitar-el-sabinar-de-calatanazor-soria-un-bosque-de-la-prehistoria
A la vista de cómo ha ido evolucionando el control de la enfermedad yo creo que podría ser bastante probable que una de las primeras libertades, entre comillas, que podamos recuperar con una cierta tranquilidad pudiera ser, precisamente, la de realizar paseos por entornos naturales o espacios al aire libre. Una actividad que cuenta con las ventajas de poder realizarse con un buen control de la distancia entre las personas que lo practiquen y que además de mejorar notablemente el tono físico nos va proporcionar un reconfortante chute de aire puro y fresco, una de las cosas que muchos echamos de menos después de tantos días encierro casero.
No cabe duda de que, además, caminar es, precisamente, uno de los ejercicios más saludables y recomendables a cualquier edad. De hecho, esa imposibilidad de caminar de una manera asidua es una de las mayores carencias y que más repercusiones puede tener en la salud después de un periodo de encierro tan prolongado como este que estamos viviendo.
Por esa razón, he pensado que una de las cosas que podemos empezar a realizar ya es ir preparando esa vuelta a la normalidad proponiendo algunos de esos maravillosos senderos que están ahí fuera esperándonos y que en muchas ocasiones tenemos bien cerquita de casa…
Otra de las ventajas que tienen muchos de ellos es que nos van a propiciar una excusa perfecta para una pequeña escapada, incluso de ida y vuelta en el día, por ejemplo.
Bueno, pues te puedes imaginar que hay un montón de posibilidades y de alguno de ellos ya hemos hablado aquí en alguna ocasión aunque quizá venga bien volver a recordarlos.
Una propuesta concreta que yo ya tengo anotada para cuando sea posible, es acercarme hasta la localidad soriana de Calatañazor. Un pueblecito que destaca por el excelente estado de conservación de su arquitectura tradicional y que nos da pie para realizar una serie de paseos todos ellos muy sencillos y a la vez con mucho interés.
El primero de ellos puede consistir en darnos un paseo por la propia localidad de Calatañazor, una de las villas medievales con mejor estampa de la provincia de Soria. El garbeo por sus calles nos va a parecer como un viaje en el tiempo que enseguida nos va a traer a la memoria esa famosa cita que dice que “En Calatañazor perdió Almanzor su tambor”. Y que, al parecer, tiene su origen en una batalla acaecida en el llamado Valle de la Sangre, que es el valle que se contempla precisamente desde las almenas del castillo de Calatañazor. Se cuenta que cuando el caudillo regresaba con sus ejércitos de disputar una batalla anterior fue sorprendido ahí en una emboscada y herido de muerte por una flecha enemiga.
Así que en Calatañazor tendría lugar, precisamente, la última de sus batallas ya que tras una agónica retirada, Almanzor muere tres días más tarde, si bien la comitiva fúnebre trasladó después su cadáver hasta Medinaceli, importantísima plaza del momento, donde debió de ser enterrado en algún lugar hoy desconocido.
Como digo, pisar el empedrado de sus calles es como discurrir por un escenario medieval en el que destacan las puertas de cuarterón adornadas con herrajes trabajados, las fachadas de piedra y adobes con encestados de ramas y revestimientos de barro, las típicas chimeneas cónicas hechas de teja propias de las comarcas pinariegas o los viejos soportales de la calle Real sujetos con pilastras de sabina. De hecho, un escenario tan de película que ya lo utilizó Orson Welles para rodar “Campanadas a media noche” en 19665.
Después de este pequeño prólogo lo que podemos hacer es acercarnos andando hasta el cercano “Sabinar de Calatañazor”, una de las joyas del patrimonio natural de Castilla y León.
El “Sabinar de Calatañazor” es un pequeño bosquete formado por ejemplares de esta especie arbórea pero que resulta excepcional por dos razones. La primera es el tamaño y la edad de muchos de sus ejemplares y la segunda es la densidad, completamente anormal para formaciones de esta especie, de ejemplares que encontramos en este sabinar.
Hay que tener en cuenta que estamos hablando de una especie que se caracteriza, precisamente, por un crecimiento muy lento y una gran resistencia ante las adversidades ambientales. Así que aquí nos vamos a quedar de piedra al descubrir ejemplares a los que se echa entre 200 y 400 años de edad, con envergaduras de hasta 20 metros de altura y 8 de diámetro en el tronco. Y respecto a la segunda cuestión hay que señalar que el de Calatañazor está considerado como el sabinar de mayor densidad del mundo.
Es, desde luego, un lugar hasta el que merece la pena acercarse. Pero, ¿cómo llegamos hasta él?
Pues desde Calatañazor es tan fácil como realizar los tres primeros kilómetros del sendero señalizado como “PR-O-3. La Ruta de las Sabinas”. Es un tramo muy cortito y sencillo que discurre por caminos en paralelo a la carretera que se dirige hacia Muriel.
Y una vez visitado el sabinar, mi tercera recomendación para aprovechar la jornada en esta zona sería acercarnos hasta la Casa del Parque del Sabinar y la Fuentona y, después de visitarla, comenzar ahí el sendero que conduce hasta el ojo azul de la Fuentona de Muriel. Un paseo supersencillo, de apenas dos kilómetros, que incluso está acondicionado en una buena parte de su recorrido con una serie de pasarelas de madera y un camino de tierra compactada que permiten recorrerlo incluso en silla de ruedas o carritos de niño.
Este camino nos va a llevar hasta un pequeño lago de color turquesa que es el nacimiento del río Abión pero que también es una de las surgencias kársticas más profundas de la Península Ibérica. De hecho, desde hace 25 años se ha convertido en un reto que los espeleobuceadores intentan batir una y otra vez utilizando para ello las técnicas más avanzadas. Aún así, y a pesar de que en el año 2002, un equipo de profesionales confirmó profundidades superiores a los 100 m, la exploración total de la cueva aún no se ha llevado a cabo. -
Hablamos de las posibilidades que ofrece Internet para plantarnos en casi cualquier rincón del planeta sin salir de casa. Y proponemos algunos lugares concretos de Castilla y León que se pueden visitar casi casi como si se estuviera allí.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. También puedes ver el reportaje que sobre este tema he publicado en el blog:https://siempredepaso.es/10-visitas-virtuales-para-viajar-por-castilla-y-leon-desde-casa
Se trata simplemente de mantener el espíritu de este espacio, que abrimos cada 15 días con el propósito de descubrir a nuestros oyentes esos grandes y pequeños rincones que muchas veces, y a pesar de tenerlos bien cerca de nuestra casa, nos resultan totalmente desconocidos. Solo que, dadas las circunstancias tan especiales que estamos viviendo, hoy vamos a organizarnos un recorrido viajero por Castilla y León, pero sin salir de casa.
Algo que es posible gracias a la implantación cada vez mayor de las nuevas tecnologías, por ejemplo en forma de unas visitas virtuales que muchos museos ofrecen ya desde sus páginas web.
Yo creo que una de las cosas que podemos hacer estos días es dedicarnos a explorar, precisamente, esos otros mundos que se nos abren a golpe de click a través de Internet. Y, la verdad, es que para muchos seguro que va a ser toda una sorpresa comprobar cómo la tecnología pone a nuestro alcance, de una manera muy sencilla, acercarnos hasta rincones a los que, por las circunstancias que sean en uno u otro momento, no podemos hacerlo físicamente.
La verdad es que hay un montón de recursos y un montón también de maneras de hacerlo. Una de ellas, tal vez la más conocida, puede ser ir directamente al buscador de Google Maps y localizar ahí la ciudad o el pueblo por el que queramos pasear, hacer zoom sobre él y acercarse tanto como para que se nos abra la vista de Street View, que es un recorrido con imagen fotográfica a ras de suelo con la que vamos a poder movernos por cualquier parte del mundo, por remota que nos pueda parecer, tal y como lo haríamos si pudiéramos hacerlo a pie o en coche.
Pero quizás algo que mucha gente no sabe es que esto no solo nos sirve para recorrer desde casa cascos urbanos o carreteras de casi cualquier rincón del planeta, también vamos a poder desplazarnos a golpe de ratón para asomarnos al interior de algunos espacios naturales e incluso de algunas rutas de senderismo que es posible ir recorriendo de esta forma.
Es evidente que nunca va a ser lo mismo hacer un recorrido de esta manera que realizarlo físicamente pero, desde luego, puede resultar muy útil para quienes por las razones que sean no tienen la posibilidad de acercarse hasta ellos. Pero cuéntanos, Javier, ¿Hay algún sendero por el que podamos caminar virtualmente, por ejemplo este fin de semana, en Castilla y León?
En Castilla y León hay varios de estos senderos que ya han sido recorridos por voluntarios a los que Google dota de una pesada mochila en la que va instalado el equipo, que pesa cerca de 20 kg, y de la que asoma la cámara que va a ir grabando las fotografías en 360 º con las que luego se compone el trayecto. En concreto, ya están disponibles para ser recorridos de esta forma algunos de los Caminos de Arte en la Naturaleza, de los que ya hemos hablado aquí alguna vez, en la Sierra de Francia. Los Caminos de Arte en la Naturaleza son un conjunto de propuestas senderistas que discurren por entre algunos de los pueblos más hermosos de la Sierra de Francia y que, al mismo tiempo, funcionan como una espectacular exposición de arte al aire libre.
Son cuatro recorridos senderistas de trazado circular, señalizados, de baja dificultad, tienen entre 7 y 10 kilómetros y están jalonados por obras de arte de diferentes autores salmantinos que el senderista va descubriendo instaladas en mitad de la naturaleza. Son desde luego, cuatro senderos súper recomendables para realizar en cualquier época del año, muy aptos para realizar en familia y es una de las propuestas que yo tendría apuntada y subrayada en mi agenda para realizar en cuanto todo esto haya pasado y podamos disfrutar de ese enorme placer que supone recorrer caminos y espacios naturales.
Pero de momento, como decía antes, lo que podemos hacer desde casa es acercarnos virtualmente hasta alguno de ellos y disfrutarlo de una manera completamente diferente.
Para quien sienta curiosidad, lo que le recomiendo es que busque en el blog SIEMPREDEPASO.ES el reportaje que acabo de publicar sobre algunas de las visitas virtuales que es posible realizar en Castilla y León. Entre ellas vamos a encontrar el enlace que nos lleva directamente al recorrido senderista del Camino de las Raíces, uno de los cuatro Caminos de Arte en la Naturaleza de los que hemos hablado. Este, en concreto, arranca en la localidad de La Alberca y nos va a acercar hasta el maravilloso paraje de la laguna y ermita de San Marcos. Como digo, un paseo para lanzarse físicamente a realizarlo en cuanto sea posible pero que ahora, si nos apetece, podemos hacer a golpe de ratón.
Pero ¿qué otras visitas virtuales podemos también en estos días?
Pues sin salir de Castilla y León, la página oficial de Turismo de la Junta de Castilla y León, TURISMOCASTILLAYLEON.COM nos ofrece un montón de posibilidades para viajar desde el sillón de nuestra casa.
Por ejemplo, entre ellas encontramos nada menos que la Catedral de Burgos, un monumento Patrimonio de la Humanidad que de esta forma tan sorprendente vamos a ir recorriendo palmo a palmo y, en muchos casos, con un nivel de información y de detalle incluso mayor que si lo hiciéramos físicamente.
Otras posibilidades que nos ofrece esa página es, por ejemplo, darnos un garbeo nada menos que por los Yacimientos de Atapuerca y el Museo de la Evolución Humana, visitar espacios naturales como el Lago de Sanabria o Las Médulas o realizar un viaje deteniéndonos en lugares destacados de la Ribera del Duero o de la Montaña Palentina, por citar solo algunos de los lugares que se ofrecen.
Si somos de los que nos gusta perdernos en el interior de un museo para curiosearle sin prisa también tenemos un montón de opciones dado que cada vez son más los museos que ofrecen desde sus páginas webs la opción de visitarlos gratuitamente y sin moverse de casa.
Entre ellos, y en Castilla y León, tenemos, entre otros muchos, nada menos que el Museo Nacional de Escultura, cuya visita virtual nos permite adentrarnos y disfrutar con una calidad asombrosa de toda su colección permanente.
Otro museo al que merece mucho la pena asomarse para recorrerlo con todo el detalle que nos apetezca es el Museo Etnográfico de Castilla y León. Igual de sorprendente y apetecible nos va a resultar la visita virtual que se puede hacer por el interior de la iglesia colegiata de San Luis, en Villagarcía de Campos, en la provincia de Valladolid. O, si lo que nos apetece es un paseo entre árboles y pavos reales, pues podemos pinchar en el enlace que nos permite ir recorriendo click a click todos y cada uno de los rincones del Campo Grande de Valladolid, por citarte solo unas pocas de las opciones disponibles.
Ya saben que van encontrar los enlaces directos que nos van a llevar a todos estos lugares de los que hemos estado hablando hoy, en el último de los reportajes publicados en el blog de viajes SIEMPREDEPASO.ES. Así que disfrútenlos. -
Hacemos un repaso de algunos de los paisajes relacionados con la vida y obra de Félix Rodríguez de la Fuente en Castilla y León.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. También puedes ver el reportaje que sobre este tema he publicado en el blog: https://siempredepaso.es/los-paisajes-de-felix-rodriguez-de-la-fuente-en-castilla-y-leon
Este sábado, 14 de marzo, se van a cumplir 40 años desde el fallecimiento del queridísimo y añorado naturalista y divulgador burgalés Félix Rodríguez de la Fuente. Una de las figuras más populares de la España de los setenta y una de las más queridas. También el generador de una conciencia ecológica que en aquellos años, sencillamente no existía.
Un personaje que fue clave en el despertar de la conciencia medio ambiental en España precisamente en unos momentos en los que nadie, o muy pocos, pensaban que las cuestiones que tenían que ver con el medio ambiente afectaban directamente a nuestra calidad de vida.
De hecho, su gran mensaje fue que si perdemos especies animales o vegetales, perdemos riqueza y, sobre todo, esperanza de vida. Este mensaje, síntesis, de sus miles de horas dedicadas a la divulgación científica, es el que subyace en cada una de las conferencias que dio a lo largo de su vida, de los programas de televisión, de sus entrevistas, de sus obras escritas, de sus programas de radio... Félix Rodríguez de la Fuente se empecinó en hacernos comprender que ser conscientes de tanta belleza como encierra la naturaleza, de tanto misterio y tanta maravilla solo debería de movernos a una cosa: la consciencia de nuestra propia pequeñez, la precariedad a la que llevamos nuestra propia existencia cada vez que decidimos, consciente o inconscientemente, adueñarnos del entorno natural para destruirlo o moldearlo a nuestro entero gusto sin tener en cuenta para nada que ni es nuestro ni nos pertenece por entero. Que el hombre es tan parte de ese entorno como el lobo, la ardilla o el buitre y que estamos obligados, por tanto, a compartirlo con cada una de las especies que lo pueblan. Un mensaje que sigue estando plenamente vigente y de absoluta actualidad, desde luego.
Félix Rodríguez de la Fuente fue un divulgador de talla monumental, no solo por el mensaje que supo transmitir, sino también por una grandísima obra que incluye innumerables programas de radio, reportajes, enciclopedias y, sobre todo, programas de televisión de los cuales el más recordado es, sin duda, su serie estrella, "El Hombre y la Tierra”. Un programa con el que viajó por toda la Península para grabar secuencias de fauna silvestre que nunca antes se habían visto en la televisión.
Muchas de aquellas secuencias fueron rodadas en parajes de Castilla y León que en aquel entonces carecían por completo de la más mínima protección. En algunos casos fue el mismo naturalista quien inicio el camino que terminaría por convertirlos en espacios naturales protegidos. También fue el primero en levantar la voz para salvaguardar muchas especies que hasta aquel momento eran vistas como alimañas perniciosas para la caza y el campo: el lobo es, desde luego, el ejemplo más evidente.
Así que una bonita forma de recordar su figura podría ser precisamente esa: idear un viaje en el que nos acercáramos hasta algunos de lugares en los se llevaron a cabo aquellos rodajes o tuvieron un papel fundamental en su vida.
¿Por cuál empezamos?
Por uno de los más emblemáticos: el Parque Natural de las Hoces del Río Riaza y, más exactamente, del Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega de la Serrezuela, en la provincia de Segovia. Un espacio que surgió, precisamente, casi casi como un empeño personal.
Tras realizar allí diversos documentales y viendo las magníficas condiciones que podía reunir como santuario de la fauna silvestre, fue en 1974 cuando el propio Félix Rodríguez de la Fuente, en calidad de vicepresidente de la organización conservacionista WWF, rubricó un convenio con el Ayuntamiento de Montejo de la Vega con el objetivo de crear, en el interior de las espectaculares hoces que dibuja el río Riaza, un espacio en el que las rapaces, muchas de ellas a punto de extinguirse en aquel momento, pudieran sacar adelante sus crías sin ser molestadas. Aquella experiencia pionera del conservacionismo ecologista español ocupa en la actualidad una extensión de 2.100 hectáreas situadas a lo largo de 12 espectaculares kilómetros del río Riaza en su tramo medio, entre la localidad de Montejo de la Vega y el embalse de Linares, que, además, pueden recorrerse a pie por senderos señalizados.
Gracias a aquella iniciativa, las cárcavas del río Riaza en este tramo se han convertido en el mayor santuario de las rapaces ibéricas y especialmente del buitre leonado, que tiene en estas hoces una de las colonias más importantes de la península Ibérica, con alrededor de 1.000 ejemplares censados. Un aspecto importante a la hora de acercarnos a visitarlo y dada la importancia ecológica que tiene y su delicado equilibrio, sería la de conocer las restricciones que existen, según la época del año en la que vayamos, para no interferir en los periodos de reproducción de las parejas de buitres. Y para eso, nada mejor que ponerse en contacto con la Casa del Parque Natural.
Pero quizá el rincón de Castilla y León donde vamos a poder acercarnos más a su figura y su mensaje es la localidad burgalesa de Poza de la Sal, el lugar donde nació 14 de marzo de 1928 y donde pasó toda su infancia. Entre el Salero, que comenzó a ser explotado en época romana, y el páramo de Masa transcurrió la infancia de aquel chaval fascinado por el paso estacional de las aves viajeras. Las huellas de Félix Rodríguez de la Fuente por entre las calles del pueblo y los caminos del Salero pueden seguirse hoy bien fácilmente en la ruta señalizada que lleva su nombre, y que discurre por algunos lugares en los que se fue fraguando la fascinación de Félix por los animales y la naturaleza. También podemos acercarnos hasta el Aula de Interpretación dedicada a su memoria y en esos paseos por la localidad nos vamos a encontrar con alguna de las estatuas dedicadas a recordarle, una de ellas, muy cerca de los lavaderos, en la que aparece en compañía de sus queridos lobos. Y, en cualquier caso, Poza de la Sal reúne alicientes suficientes para acercarnos a visitarla en cualquier momento del año.
Para finalizar, y dado que estamos dibujando este viaje imaginario tras la figura de Félix, añadiría otro espacio emblemático de nuestra naturaleza en el que el naturalista encontró localizaciones para contar la vida secreta del mundo animal español, que es el Valle de Iruelas. Hoy este esquinazo del sureste abulense es una Reserva Natural de altísimo valor ecológico, especialmente porque en él prospera una de las mayores colonias de buitre negro de la península, especie prácticamente extinguida en el resto de Europa. Si nos acercamos con niños, es especialmente recomendable realizar con ellos la llamada Senda Botánica. Muy cerca del Valle de Iruelas se localiza también el emblemático castañar de El Tiemblo, con ejemplares mastodónticos, en cuya pista de acceso se ubica una pequeña estatua que el Ateneo de El Tiemblo dedicó a Félix Rodríguez de la Fuente y su equipo de rodaje. -
Segunda parte del viaje que realizamos a las hoces del río Curueño, en la Montaña Central Leonesa, describiendo dónde parar y qué ver.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. También puedes ver el reportaje que sobre este tema publicamos en el blog: https://siempredepaso.es/?s=curue%C3%B1o
Como lo prometido es deuda, y como hace quince días prometí que volveríamos al río Curueño para recorrerlo con un poco de más calma, había pensado que hoy podíamos comenzar precisamente describiendo a nuestros oyentes los muchos rincones en los que podemos ir deteniéndonos en un viaje tranquilo por las orillas de este río.
De hecho, en nuestro anterior PISTAS ya dijimos que se trata de un río no solo rico en historias y leyendas, algunas de las cuales ya comentamos hace quince días, sino también en pequeños pueblecitos y rincones para curiosear.
Arrancamos ya este viaje recordando que el Curueño es junto al Torío y al Porma, uno de los ríos vertebradores del tramo central de la Montaña Leonesa, con la particularidad de que este, que viene a tener un recorrido de unos 50 kilómetros desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Porma, traza un espectacular desfiladero que es conocido como las Hoces del Curueño. De hecho, casi la mitad de su recorrido discurre por el interior de estas espectaculares hoces...
Estamos una zona en el que predomina la roca caliza y eso hizo que el Curueño pudiera lucirse a su antojo modelándola lo suficiente como para abrirse un pasillo natural que es especialmente apretado y hermoso entre las localidades de Valdeteja y Montuerto. Son las mismas hoces por las que los romanos consiguieron colar, con permiso del Curueño, por supuesto, una de sus calzadas de comunicación entre la meseta y el norte asturiano, aprovechando el paso que les brindaba el puerto de Vegarada.
Aquella Calzada de Vegarada sirvió también como sendero de peregrinos, camino de pastores trashumantes, ruta de arrieros, caballeros y soldados. Así que el tiempo y la necesidad de saltar de una orilla a otra fue componiendo también una particular colección de puentes que ya quisiera para sí el juego de la oca.
Precisamente, uno de los grandes atractivos de este viaje es ir descubriendo los restos de aquella calzada romana y el reguero de puentes medievales que aún perviven.
Aunque hubo muchos más, aún hoy es posible viajar aguas arriba del Curueño, de puente en puente, completando un recorrido de ocho pasos, de ocho de estos puentes, lleno de melancolías y delicados equilibrios. Y, desde luego, es uno de los grandes atractivos del viaje.
Aunque el Curueño finaliza su viaje bastante más al sur, nosotros vamos a iniciar este viaje a contracorriente en La Vecilla del Curueño, considerada la capital del Curueño y ubicada en un auténtico cruce de caminos. El pasado hidalgo de La Vecilla lo vamos a reconocer en los escudos que lucen algunas de las casas. Pero el edificio antiguo más notable es, junto a la iglesia, el Torreón Medieval, levantado en el siglo XII, reconstruido en el siglo XVI y utilizado hasta tiempos recientes como sombría cárcel.
Uno de los aspectos por los que es conocida la localidades de La Vecilla es por la cría de gallos para la elaboración de anzuelos o moscas para la pesca.La Vecilla, Campohermoso, La Cándana y Sopeña de Curueño son famosas entre los aficionados a la pesca precisamente por la cría de gallos de raza pardo e indio con el fin de aprovechar su pluma para la elaboración de artesanales anzuelos con los que pescar la trucha. Una tradición, mimada en la actualidad, muy valorada, que está atestiguada desde 1624 por el llamado Manuscrito de Astorga.
Desde La Vecilla el viaje sigue la LE-321 hacia Valdepiélago. A partir de esta población el desfiladero del Curueño se va a ir estrechando paulatinamente. Aunque el trazado completo de la calzada romana, que salta a Asturias por el puerto de Vegarada, arranca también mucho más al sur, en Puente Villarente, es en Valdepiélago donde presenta algunos de sus tramos más evidentes. Uno de ellos comienza, convertido en camino de tierra, nada más pasar el puente medieval en Valdepiélago.
Y una de las propuestas de turismo activo que podemos poner en práctica en nuestro viaje por el Curueño es, precisamente, el recorrido a pie de un tramo de esta calzada romana, que aquí discurre por la orilla opuesta a la de la carretera y que, si nos apetece, podemos seguir, al menos, hasta la localidad de Nocedo de Curueño. Van a ser unos tres kilómetros de ida y otros tantos de vuelta pero que nos va a permitir disfrutar de este desfiladero de una manera mucho más íntima y, sobre todo, admirando con tranquilidad los restos, algunos de ellos muy bien conservados, de una calzada romana que destaca por las dificultades orográficas que tuvo que superar a lo largo de su trazado.
Volviendo a la carretera y un poco antes de alcanzar Nocedo se nos presenta un nuevo alto en el camino. Esta vez, vamos a dejar el coche en un pequeño ensanchamiento que presenta la carretera en ese punto para acercarnos a descubrir a pie otro de los secretos que guarda este río: aquí nos vamos a encontrar la Cascada de Nocedo. Casi a punto de unirse al Curueño, el río de Valdorria se despeña, ruidosa y espectacularmente por un pliegue de la roca. El salto de agua se sitúa a unos 200 metros a la izquierda de la carretera y se accede a él a través de una serie de pasarelas que llevan directas hasta la cascada.
Un poco más adelante, en Nocedo, lo que encontramos es la serpenteante carretera que sube hasta las soleadas alturas en las que se esconde Valdorria, una localidad famosa por ser el lugar en el que se ubica la ermita de San Froilán, patrón de la diócesis de León.
De hecho, la visita a la ermita es otra de las paradas imprescindibles de este viaje. Valdorria, se ubica en un paraje excepcional en la parte alta del desfiladero. Y, desde luego, una de las cosas que hay que hacer aquí es recorrer el sendero que lleva desde la localidad hasta el arriscado paraje, entre peñas y precipicios en el que se ubica la ermita, y hasta la que aúpan 365 escalones que dicen fueron tallados por el santo directamente en la roca. Lo que sí que llega hasta esta ermita cada día uno de mayo es una de las más multitudinarias romerías que tienen lugar en la Montaña Leonesa.
De vuelta a Nocedo, y prosiguiendo este viaje hacia las fuentes del Curueño, encajadas ya pleno desfiladero van a aparecer enseguida las fantasmagóricas ruinas del viejo balneario de Caldas de Nocedo, un afamado establecimiento termal que tuvo su época dorada durante los años veinte del siglo pasado y que tras ser ocupado por las tropas republicanas durante la Guerra Civil y arrasado posteriormente, volvió a ponerse en pie para vivir una larga decadencia hasta su abandono en la década de los ochenta.
A partir de este punto, y durante casi 8 kilómetros, la carretera, el Curueño y la calzada comparten como pueden el poco espacio que les dejan las paredes de las llamadas Hoces de Valdeteja hasta que a 2 kilómetros del balneario encontramos el llamado puente de Los Verdugos, que es el primero de los ocho puentes medievales que todavía vamos a ir encontrándonos hasta alcanzar el último de ellos un poco antes de coronar el puerto de Vegarada, donde finaliza la carretera para pasar a convertirse en pista de tierra, y donde finalizaría también este viaje del que, aunque no lo parezca, solo hemos hecho hoy un breve apunte de lo que nos puede deparar. -
Hoy nos adentramos en la hoces del río Curueño, en la Montaña Central Leonesa, acompañados por las leyendas y referencias literarias que tienen que ver él.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. También puedes ver el reportaje que sobre este tema publicamos en el blog: https://siempredepaso.es/?s=curue%C3%B1o
La propuesta de esta semana tiene que ver tanto con el cine como con la literatura: hoy propongo una escapada a una bellísima zona de la Montaña Central Leonesa siguiendo derroteros que son tanto físicos como literarios. En concreto lo que sugiero para este fin de semana, por ejemplo, es un recorrido siguiendo las orillas del río Curueño.
Una bellísima zona de la Montaña Leonesa hasta la que, desde luego, merece la pena acercarse en cualquier época del año. Pero, ¿por qué está tan relacionada con la literatura?
Pues, verás. De entrada, hay una vieja leyenda que cuenta cómo se formaron los dos ríos que atraviesan esa zona de la Montaña Leonesa, el río Porma y el río Curueño.
Y dice que en tiempos de la dominación romana Curienno, que era un bravo guerrero de las montañas leonesas, estaba enamorado de Polma, una bella nativa que habitaba también estas montañas. Pero sucedió que la belleza de la joven prendó en el corazón del cónsul romano Camoseco, que había sido encargado de pacificar la región. Sin nada que se lo impidiese raptó a la joven Polma y la encerró en su campamento con la intención de convertirla en su esposa. Curienno, al enterarse, no dudo en bajar desde su aldea hasta el campamento que los romanos habían levantado en las orillas del río Bernesga. Sin ser visto, se apostó en los alrededores espiando cuanto acontecía en el interior y espero a que se produjera una oportunidad para llevar a cabo el rescate. Y ésta se produjo al llegar la noche, en medio del bullicio y el revuelo provocado por los esponsales del cónsul romano.
El caso es que cuando estuvo seguro de que el vino y el cansancio habían hecho su efecto sobre los guardianes del campamento, entró en él y se llevó a Polma sobre su caballo camino de las montañas. Una vez descubierto el rescate, comenzó entonces una rápida persecución, hasta que los romanos dieron alcance a los fugitivos en el Pinar de Lillo. El bravo Curienno, acorralado, prefirió sacrificar a su amada antes que entregarla de nuevo al cónsul, dándola muerte con su propia espada. Ante el desconcierto de sus perseguidores continuó su huida hacia el Puerto de Vegarada, donde fue finalmente alcanzado por las flechas de los romanos.
Y de la sangre de los infortunados amantes brotaron dos fuentes, una donde murió Polma y la otra donde cayó Curienno. Y de aquellas aguas nacieron los ríos Porma y Curueño que se buscan como pueden a través de estas montañas hasta que llegan a encontrarse de nuevo en la localidad de Ambasaguas.
No todos los ríos tienen la suerte de contar con una leyenda tan hermosa como esta sobre su formación. Pero tampoco es la única que tiene que ver con el Curueño. La verdad es que el Curueño es un río afortunado, tan rico en truchas y hoces vertiginosas como en pasajes legendarios y literarios. Y aquí va la segunda...
Hasta ahora, una de las leyendas más famosas con escenario entre aquellas hoces es la que cuenta la historia de la dama de Arintero, un pueblecito del Curueño que encontramos situado en lo más alto del valle. Esta historia aconteció a finales del siglo XV cuando andaban a mandobles los partidarios de Juana la Beltraneja y los de los Reyes Católicos por aquello de la sucesión al trono. Sucedió entonces que en ese pueblo tan a tras mano ayer como hoy habitaba un noble anciano cuyo deseo ferviente era pelear por la causa de los Reyes. Ante la imposibilidad física de poder hacerlo, achacado por los males de la edad, una de sus hijas, Juana, tomó la decisión de acudir a la batalla pero disfrazada de soldado. Y fue tanta su valentía y tan destacado su papel en la pelea que su fama, amparada bajo el nombre del caballero Oliveros, comenzó a extenderse del uno al otro confín hasta que en una de las batallas una mala estocada rompe su jubón dejando uno de sus pechos al aire. Descubierta la farsa, se ve obligada a acudir al rey para dar explicaciones. Pero éste, lejos de castigarla por el engaño y conmovido por su coraje, la recompensa a ella y a su pueblo con elevados privilegios. Un premio que no llegará a disfrutar en vida pues, según la leyenda, muere a manos de unos salteadores que la esperaban en el camino de vuelta a casa. Triste final para una historia que ha pasado al folclore incluso en forma de un conocido romance.
Una última referencia literaria mucho más actual y que también tiene que ver con el cine señala que hasta estas misas hoces se ha venido a empadronar otro personaje de armas tomar y perfil literario. Nada menos que el Capitán Diego Alatriste y Tenorio, héroe de los Tercios de Flandes y mercenario a sueldo de quien quiera alquilar su espada.
O sea, el mismísimo capitán Alatriste de la serie de historias escrita por Arturo Pérez Reverte.
Cuenta el actor neoyorquino Viggo Mortensen, encargado de encarnarle en la película que lleva su nombre, que para él uno de los datos clave para poder trabajar la historia de su personaje era localizar el origen de sus raíces y su lugar de su nacimiento. Y dado que el escritor no lo menciona con exactitud en sus libros, el actor se embarcó en una serie de viajes por la geografía de Castilla y León hasta que decidió que si tuviera que señalar un lugar de nacimiento para este soldado español del siglo XVII, bien pudiera ser alguna de las poblaciones que flanquean el discurrir del Curueño, especialmente de la localidad de Valdeteja, en la que recaló el actor por primera vez en una tarde de tormentosa nevada invernal.
Y dice el actor que se convenció en seguida de ello, tras fijarse en la forma de ser, de hablar y de pensar de unas gentes que ahora reconocen a este actor como a uno de sus visitantes más queridos. De hecho, Viggo Mortensen acude con cierta frecuencia a esta zona de la montaña leonesa.
Y es que, precisamente gracias al trabajo que tuvo que hacer para preparar el personaje de Alatriste y que, como digo, le llevó a recorrer en varias ocasiones toda esa zona de la montaña, ha establecido una relación muy estrecha con la gente de esos pueblos y, muy en especial, con los vecinos de Valdeteja, a donde no es nada raro que haga una escapada cuando se encuentra en España.
De hecho, una parada imprescindible para quien se embarque en este viaje por el Curueño literario es el Bar Anabel, de Valdeteja, uno de los sitios donde acostumbra a parar el actor cuando viene aquí y en el que se ven un montón de fotografías en las que aparece en compañía de los vecinos.
¿Cómo podemos organizar este viaje?
La verdad es que se nos ha ido el tiempo hablando más de literatura que del viaje en sí, así que, si te parece, otro día hablaremos con más detalle de algunos de los rincones que podemos encontrar en este viaje. De momento, y por si alguno se anima a recorrerlo ya, podemos decir que es tan sencillo como arrancarlo en La Vecilla y enfilar, por la LE-321, hacia Valdepiélago. Después de esta población el Curueño va estrechando su pasillo, al tiempo que deja ver una de sus más valiosas joyas patrimoniales, la calzada romana trazada por éstos para salvar el puerto de Vegarada y comunicar León y Asturias. -
Hoy hablamos de la celebración del Día de los Humedales y, para conmemorarlo, nos damos una vuelta por el de La Nava, en al provincia de Palencia.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. También puedes ver el reportaje que sobre este tema publicamos en el blog: https://siempredepaso.es/cinco-rincones-en-los-que-disfrutar-con-el-vuelo-de-los-pajaros-en-palencia
Mientras preparaba el programa de hoy me he dado cuenta de que este próximo domingo es ya 2 de febrero. Y eso me ha recordado que esa es la fecha en la que cada año se celebra el Día Mundial de los Humedales. Una fecha que conmemora la firma del Convenio sobre los Humedales que tuvo lugar el 2 de febrero de 1971 y que fue el primer tratado internacional en el que se abordó la conservación y gestión racional de los humedales.
También es una fecha que se utiliza para llamar la atención sobre la importancia que estos ecosistemas tienen en nuestro entorno y el valor medioambiental que atesoran. Y aunque aquí ya hemos hablado alguna vez de esta celebración, tal vez no estaría de más empezar por recordar qué es exáctemente un humedal...
Con esta palabra vienen a designarse zonas de tierra, generalmente planas o ligeramente onduladas, cuya superficie se inunda de manera permanente o de forma estacional. Y son, precisamente, estas inundaciones, permanentes o no, las que acabadan dando lugar a un ecosistema que va a quedarse a medio camino entre el típicamente terrestre y el puramente acuático.
Es decir, que cuando hablamos de humedales estamos hablando de un extenso catálogo de espacios que, dependiendo de sus dimensiones o características singulares van a ser lo que llamamos ciénagas, turberas, lagunas, canales o estanques, por citar solo unos pocos. En cualquier caso, el carácter distintivo de todos ellos es que se trata de espacios que presentan muy poca profundidad. Y es, precisamente, esta característica lo que hace que prospere un tipo de vegetación específica, adaptada a estas condiciones de humedad, y, gracias a ella que aparezca también un tipo de fauna muy concreta, que encuentra en estos lugares un espacio en el que alimentarse y prosperar. Me refiero especialmente a grandes familias de aves, por ejemplo, y también a una gran variedad de reptiles.
En cualquier caso, de espacios con una enorme importancia ecológica. De hecho, la instauración de este Día de los Humedales no deja de ser otra cosa que un recordatorio para que, precisamente, se tenga en cuenta el enorme papel que juegan en el ecosistema.
También, a lo largo de la historia, en multitud de ocasiones se ha visto a los humedales más como estorbos en el paisaje, como focos de enfermedades o como terrenos baldíos que había desecar.
Y, precisamente, para conmemorar este día, hoy hablamos de uno de esos humedales que durante siglos fueron tenidos como un enorme estorbo que había que eliminar a toda costa pero que hoy está considerado como uno de los más relevantes de la Península Ibérica: el humedal de La Nava, en la provincia de Palencia.
Un humedal cuya historia de desecación se remonta nada menos que a tiempos de los Reyes Católicos y que durante siglos no fue considerado otra cosa que un enorme enemigo a batir en aras a conseguir más y más tierras para cultivar, además de ver en ellas un molesto foco de enfermedades. Entre esas enfermedades estuvo durante mucho tiempo la malaria, que se encargaban de transmitir los mosquitos, y cuya proliferación en estos entornos se achacaba a las especiales condiciones de humedad y vegetación.
El caso es que, como digo, los intentos de desecar esta enorme extensión de agua, que en tiempo de lluvias llegaba a abarcar casi 5.000 hectáreas y que de tanto como ocupaba el horizonte era conocida como "El mar de Campos", se sucedieron durante siglos hasta que, por fin, se secó intencionadamente en el año 1968.
El problema es que después de tanto empeño y empeño por quitarse de encima aquella extensión de agua que la mayoría de los vecinos veían como un inmenso estorbo que no servía para nada, se acabó descubriendo que los humedales como mejor están es así: húmedos. Y eso porque la naturaleza es como es y aunque se habían vaciado de agua, se demostró enseguida que los suelos arcillosos que estaban en la base de todo, además de tender a inundarse a nada que cayeran cuatro gotas, no eran nada buenos para cultivar.
Y es así cómo después de poner tanto empeño por vaciarlas comenzó a tomarse conciencia de que era mucho mejor tratar de recuperarlas de nuevo.
Y eso sucedió, también con mucho esfuerzo y empeño por parte de la Fundación Global Nature y de diversas administraciones, en el año 1990. Es entonces cuando se traza un plan para que, mediante una serie de canales, el agua, sobre todo procedente del Canal de Castilla, volviera a inundar de nuevo al menos una pequeña parte de lo que ocupó en su momento. En la actualidad, unas 400 hectáreas, que presentan una profundidad media de unos 35 cm, y que ha sido suficiente para recuperar una buena parte de la pujanza faunística que tuvo en otros tiempos.
Hoy en día está considerada como una destacadísima laguna de carácter estepario, de vital importancia para una serie de aves y un importante lugar de parada para muchas especies que la utilizan en sus tránsitos hacia el norte de Europa en primavera y hacia África en otoño. Hay que mencionar que en este espacio se han catalogado más de 200 especies de aves diferentes, llegando a haber más de 20.000 ejemplares, en especial diferentes especies de patos y gansos que brindan un precioso espectáculo cuando sobrevuelan la laguna, en sus desplazamientos diarios.
De hecho, todo ese entorno natural se encuentra catalogado como Espacio Natural por la Junta de Castilla y León.
Y como digo, este mismo fin de semana van a estar celebrando ese trigesimo aniversario de su recuperación.
Entre otras cosas, se va a presentar como una estupenda oportunidad para acercarnos a conocer este entorno natural que en estos momentos se encuentra en uno de los mejores del año para disfrutar con la observación de aves. Por un lado, y durante todo el fin de semana, la Casa del Espacio Natural, que está ubicada en un caserón solariego de la vecina localidad de Fuentes de Nava, va a celebrar dos jornadas de puertas abiertas en las que también se van a realizar visitas guiadas, lo cual va a ser una forma estupenda de conocer en profundidad la historia de este humedal y muchos de los secretos que alberga y, por otro lado, también vamos a encontrar a dos guías ornitológicos que van a estar ubicados en los observatorios de Colada de Carrepalencia y Corralillos, que nos van a ayudar muchísimo a disfrutar con la observación y la identificación de especies, incluso facilitando material óptico y guías a quien no tenga.
Además, en esta época es una zona de gran importancia para especies como el ánsar común, con concentraciones máximas de hasta 10.000 individuos. -
Hoy visitamos uno de los museos más importantes de la ciudad de Valladolid: El Museo Oriental, la colección de este arte más importante de España.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. También puedes ver el reportaje que sobre este tema publicamos en el blog: https://siempredepaso.es/una-imprescindible-visita-al-museo-oriental-de-valladolid
Uno de los planes que podríamos preparar para estos últimos días del año, en los que a lo mejor nos apetece menos salir a disfrutar del aire libre por miedo a que nos podamos mojar o pasar frío, es acercarnos a conocer alguno de esos fantásticos museos que tenemos en Castilla y León y a los que, a lo mejor, no hacemos el caso que se merecen.
Como de otras muchas cosas, Castilla y León tiene una colección de espacios museísticos y centros de interpretación verdaderamente espectacular y cualquiera de ellos nos puede servir de excusa para preparar una pequeña escapada de fin de semana, en esta época del año en la que es verdad que los días también son demasiado cortos como para disfrutarlos haciendo senderismo.
Pero por hablar de alguno en concreto hoy he pensado en recomendar uno de los museos más destacados de la ciudad de Valladolid y que no mucha gente conoce: me estoy refiriendo al Museo Oriental, un museo que pasa algo desapercibido en las visitas a la ciudad pero que resulta de lo más recomendable.
Es sabido que Valladolid guarda en su Museo Nacional de Escultura la más relevante colección de tallas policromadas de Europa. Pero ya no lo es tanto que en Valladolid se encuentra también la más importante muestra de arte Oriental de toda la península Ibérica. Aquí, en el corazón de Castilla, y gracias al esfuerzo y la ilusión de los tres mil misioneros que a lo largo de cuatro siglos de presencia en tierras del lejano Oriente fueron reuniendo una colección inmensa de objetos y piezas de arte, el Museo Oriental se ha convertido en un importante centro de estudios y divulgación para acercar a quien quiera los secretos y refinamientos de estas culturas milenarias.
Se encuentra situado en el Real Colegio de los Padres Agustinos Filipinos que, a su vez, lo encontramos en uno de los laterales del Campo Grande de Valladolid.
El origen más remoto de este museo está en la necesidad de esta congregación de familiarizar a los jóvenes misioneros que se preparaban para realizar tareas de apostolado en lugares tan alejados y desconocidos como era el Extremo Oriente hace nada menos que cuatrocientos años. La gran distancia cultural con aquellas tierras o el desconocimiento de costumbres y lengua, hicieron pensar que un primer acercamiento podía venir del contacto con los diferentes objetos y piezas de arte traídas de allí por otros misioneros. Así, la recopilación de esta cantidad inmensa de piezas que se exhiben, y que ronda el millar, es el fruto del continuo intercambio cultural establecido entre las poblaciones autóctonas y los misioneros que, a su vez, también intercambiaban regalos y objetos que eran llevados desde aquí.
Es partir de 1976 cuando toda esta colección se reorganiza hasta estructurar la muestra tal y como hoy puede contemplarse, y que culminará con la inauguración del Museo el 12 de octubre de 1980 por Sus Majestades los Reyes de España.
Se trata del más importante de la Península Ibérica en su género y, desde luego, una visita recomendada no solo para expertos o estudiosos de las culturas orientales sino para todos aquellos que tengan un mínimo de curiosidad por ver de cerca un arte tan minucioso en muchos de sus trabajos que deja verdaderamente con la boca abierta al contemplar algunas de las piezas que se exhiben en el museo.
La muestra está organizada en un largo recorrido por 18 salas dedicadas a China, Filipinas y Japón. Y ya desde las primeras salas queda claro, por profano que se sea en la materia, el alto grado de refinamiento de los artesanos y artistas chinos, capaces de convertir en objetos de arte hasta la más pequeña figurilla ornamental o de uso cotidiano. A lo largo de las numerosas vitrinas, en las que se hallan agrupadas las distintas secciones de manera temática o cronológica, se entra en contacto con armas ancestrales, espadas, estatuillas de bronce, bellos esmaltes o curiosas muestras de cerámica popular funeraria.
La muestra continúa con bellísimos ejemplos de porcelanas ornamentales, piezas lacadas, virtuosísimas esculturas realizadas en jade o marfil, una colección numismática que recoge 2.300 monedas y una extensa selección de bordados en seda en la que se pueden apreciar ejemplos de vestidos, estandartes o insignias de un arte que los chinos realizaban ya hace 4.000 años.
Uno de los grandes atractivos de este museo es que junto a piezas de arte de un refinamiento exquisito encontramos también muchos objetos de culturas primitivas que han llegado hasta nosotros recogidas por los misioneros.
Uno de los grandes atractivos del museo es precisamente eso, la enorme variedad de piezas y estilos. De hecho, vamos a disfrutar con la recopilación de una gran cantidad de objetos pertenecientes a las tribus del norte de Filipinas y del sur de Luzón. Como digo, lanzas, armaduras, adornos, bordados de Manila y una destacable selección de marfiles hispano-filipinos permiten a los visitantes del museo un viaje al Oriente, para muchos imposible pero, gracias a esta valiosa colección, al menos está alcance de la mano de quien quiera acercarse cualquier día del año.
Apuntamos esta recomendación para acercarnos al Museo Oriental de Valladolid en cualquier momento del año pero, por qué no, también estos días más festivos o navideños.
Y hablando de Navidad y de fiestas, hay un sinfín de actos festivos previstos para los próximos días por toda la geografía de Castilla y León. Y entre los que más abundan en esta época es la celebración de belenes animados o belenes vivientes. Pero de todos los que podríamos asistir tal vez se pueda recomendar el que se realiza en la localidad vallisoletana de Cabezón de Pisuerga, que tiene la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional. Lo que le hace un poco particular frente a otros muchos belenes animados es, por una parte, la gran cantidad de participantes que lo componen, casi 100 personas, la antigüedad, se celebra desde hace 41 años, y el hecho de que en torno a la representación de la Natividad se recrean un montón de talleres de oficios tradicionales que pueden verse trabajar durante las cinco representaciones que van a tener lugar. Cada una de ellas tienen una duración 45 minutos y los horarios los podemos consultar en la web BELENCABEZON.ES. -
Hoy descubrimos Las Arribes salmantinas de una manera muy especial: navegando por el fondo de los cañones abordo de un catamarán.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. También puedes ver el reportaje que sobre este tema publicamos en el blog: https://siempredepaso.es/donde-como-barco-por-las-arribes-del-duero-salamanca
La verdad es que a los que nos gusta aprovechar los fines de semana para descubrir nuevos rincones encontramos apetecible cualquier momento del año para realizarlas. Incluso cuando se anuncien lluvias o nieves.
Creo que es un error quedarse en casa por miedo a que pueda llover o nevar en el lugar al que hemos previsto ir. Lo que creo que hay que hacer en esos casos es adecuar los destinos que elijamos al momento del año en el que estemos y también a las condiciones meteorológicas que vayan a darse en un momento determinado. Es decir, un poco el secreto está en tener prevista una actividad o un destino alternativo por si se da el caso de mal tiempo o de que el tiempo no nos permita realizar la actividad prevista.
Para eso, por supuesto.... nada mejor que tener siempre a mano un blog como SIEMPREDEPASO.ES, con un montón de propuestas tan interesantes como esta: una visita a un rincón de Castilla y León que es realmente espectacular en cualquier momento del año pero que en esta estación resulta que lo es todavía más. Lo que sugiero hoy es que preparemos una pequeña escapada a Las Arribes del Duero por la provincia de Salamanca, un lugar verdaderamente espectacular en cualquier momento del año.
Se trata de un paisaje muy marcado por los encajonamientos y los precipicios, encontramos también muchos saltos de agua y cascadas que en época de lluvias, sobre todo en otoño y primavera, es cuando se muestran en toda su intensidad.
De todas formas, para quien todavía nos los conozca, quizás haya que comentar antes que los Arribes o las Arribes son esa sucesión de cañones fluviales que taja la Península entre España y Portugal a lo largo de más de 200 kilómetros, por el costado occidental de las provincias de Zamora y Salamanca. Es un territorio mágico marcado por una orografía intrincada, plagada de espeluznantes barrancos y de un montón de pequeños pueblos con encanto.
Un territorio que siempre asombra pero que hoy propongo visitar de una manera un poco especial. De hecho la visita a los Arribes solo se puede hacer de dos maneras: desde arriba, recorriendo todos los pueblos y miradores que hay en la parte alta de los cañones o desde abajo, metiéndote en lo más profundo y llegando hasta la mismísima orilla del Duero.
Y ésta última, precisamente, es la sugerencia que quería hacer hoy...
Por ejemplo, apuntándonos a alguno de los barcos que los recorren navegando. Hay varias opciones todo a lo largo de los cañones pero hoy en concreto voy a sugerir que nos acerquemos hasta el catamarán que realiza las travesías desde la playa del Rostro, muy cerca de la localidad de Aldeadávila de la Ribera, en la provincia de Salamanca.
Se trata, desde luego, de una experiencia que no va a dejar indiferente a nadie. Incluidos aquellos que ya conozcan estos paisajes. Porque es una forma completamente diferente de acercarse a unas Arribes -femeninas en la provincia de Salamanca- que guardan, para el forastero, muchos más secretos de los que se intuyen en un rápido vistazo desde los miradores que hemos podido encontrar a lo largo de un viaje por estos cañones.
Y es que, tan interesante como contemplar esos mismos paredones, que ahora vamos a ir viendo de abajo arriba, es ir escuchando las explicaciones en las que la guía de la embarcación nos va a ir desgranando no solo las maravillas del paisaje sino muchos pequeños detalles tanto de lo que se ve a simple vista como de aquellas cosas que no están tan a la vista.
Como por ejemplo, descubrir que el barco flota sobre una profundidad de 60 metros en algunos puntos; que en este trayecto se localizan los mayores desniveles de todas las Arribes, con cortados que alcanzan los 400 metros ya cerca de la presa de Aldeadávila; o que la potencia de esta central hidroeléctrica es tanta como la de una central nuclear, una oportunidad única para conocer, las singularidades ecológicas y medioambientales de todo este espacio natural...
Es todo un lujo que mientras navegas te vayan mostrando la gran diferencia que existe entre las especies vegetales que prosperan en la orilla española y la orilla portuguesa. Pero también descubrir algunos de los viejos caminos que recorrían los últimos pastores de cabras cuando cuidaban de sus rebaños y que solo es posible ver desde el interior de los cañones. Caminos que, precisamente, discurren por sus zonas más abruptas e inaccesibles porque todo el resto de las laderas se aprovechaba, aunque parezca totalmente imposible, para cultivar lo que se podía, que era, sobre todo, vid y olivos. Y de ahí, también, la abundancia de aterrazamientos, algunos tan diminutos que apenas dejan sitio para cuatro vides o para un árbol, pero que suponían la única forma de poder aprovechar unas laderas tan inclinadas.
Este del que hemos estado hablando hoy, parte de la playa del Rostro, a la que se llega desde la localidad de Corporales, y recorre un total de 22 kilómetros, entre la ida y la vuelta hasta la presa de Aldeadávila y tarda aproximadamente una hora y media.
Desde luego, hay que decir que son embarcaciones preparadas para poder hacer estos viajes tanto en invierno como en verano y que, aunque en esta época del año hay que ir debidamente abrigado, es una experiencia de lo más recomendable. Por supuesto, quien quiera buscar los horarios o los teléfonos de contacto no tiene más que utilizar el buscador del blog SIEMPREDEPASO.ES y ahí lo va a encontrar todo bien explicado.
Entre las diferentes ferias de todo tipo, recreaciones históricas o actividades micológicas que se van a celebrar este fin de semana, me ha llamado mucho la atención la representación de las Cantigas del rey Alfonso X el Sabio que va a tener lugar mañana sábado, a las 4,30 de la tarde, en la iglesia de Santa María la Blanca de la localidad palentina de Villalcázar de Sirga. Me ha parecido una propuesta de lo más interesante, tanto por el marco, que es esta impresionante iglesia que forma parte del Camino de Santiago en la provincia de Palencia, como porque se trata de una obra de teatro de carácter medieval en la que aparece como protagonista la propia imagen de la Virgen Blanca, que se venera en el templo y que ya fue mencionada por el propio rey Alfonso X cuando compuso las Cantigas, precisamente. -
Hoy proponemos un viaje a la montaña leonesa para visitar Riaño y realizar el viejo camino que recorría el Valle de Valdeón.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León.
La Feria de Ganado de Riaño va a tener lugar en la mañana del sábado.
Y si, la verdad, no hacen falta muchas excusas para acercarse en cualquier momento del año hasta este bello rincón de la montaña leonesa, me ha parecido que, desde luego, la celebración de esta feria podía ser una razón más.
Una feria que está considerada como una de las de mayor tradición y más multitudinaria de la vertiente leonesa de los Picos de Europa.
De hecho, siempre fue uno de los puntos de encuentro más concurridos para todos los habitantes de la montaña leonesa, que tenían en ella una oportunidad única, tanto de hacer negocio con la compra y venta de reses, como de abastecerse de enseres y alimentos justo justo cuando el largo invierno ya empezaba a mostrarse en la cumbres más altas de las montañas.
Y, aunque es verdad que los tiempos y las costumbres han cambiado mucho también para quienes viven en nuestras montañas, y las cosas ya no son como eran hace apenas unas décadas, también es verdad que este tipo de acontecimientos o celebraciones, conservan aún un color muy tradicional.
Y, por eso, he pensado que para quien no haya asistido nunca a una de estas ferias, asistir a la que va a tener lugar mañana en Riaño podía ser, desde luego, una estupenda sugerencia. Incluso si estamos pensando en algo para realizar con niños.
Uno de los mayores atractivos es poder acercarse a ver el ganado que llega hasta el mercado desde todos los pueblos de los alrededores y que, aunque parezca sorprendente, para muchos niños, sobre todo los que viven en entornos urbanos, es toda una sorpresa poder verlo tan de cerca.
Otro aliciente que puede tener acercarse hasta esta celebración es la de que nos vamos a encontrar con decenas de puestos en los que vamos a poder comprar productos artesanales o gastronómicos propios de la montaña leonesa y que a lo mejor no resultan fáciles de localizar fuera de esas zonas de producción.
Y, ya que estamos en un sitio tan espectacular como esta localidad al pie de las inmensas montañas de los Picos de Europa y al borde de ese inmenso embalse, ¿qué podemos hacer?
Pues la verdad es que hay un montón de propuestas que, dependiendo de la época del año en la que vayamos, van desde los paseos en barco que recorren las aguas del embalse, hasta visitar el museo etnográfico que encontramos a lado de la iglesia parroquial o pasear por alguna de las sendas que recorren el entorno boscoso y montañoso de Riaño.
Yo, en esta ocasión, lo que voy a proponer es aprovechar nuestra visita a Riaño para, después de haber disfrutado de una vuelta por esta localidad, adentrarnos aún un poco más en el corazón de los Picos de Europa y aprovechar para llegarnos hasta el cercano valle de Valdeón, que encontramos tomando la carretera que desde Riaño se dirige hacia Asturias por el puerto del Pontón.
Ahora es un buen momento para acercarnos a esta zona tanto porque aún no han empezado a caer la impresionantes nevadas que caen durante el invierno, y que llegan incluso a cortar las carreteras en numerosas ocasiones, como porque vamos a circular por una zona y unos valles con unos colores espectaculares como consecuencia de los extensos hayedos que tapizan buena parte de las laderas de estas montañas y que ahora mismo están en el momento más colorido del año.
Lo primero que hay que decir es que desde Riaño llegamos primero salvando el puerto del Pontón y en lo alto de este puerto encontramos el desvío que nos lleva hacia Posada de Valdeón, pasando antes por el puerto de Panderruedas. Una recomendación sería, desde luego, detenernos en el aparcamiento que hay en lo alto de este segundo puerto y acercarnos a pie hasta el mirador de Piedrashitas, que encontramos señalizado un poco por encima del aparcamiento, con unas impresionantes vistas de todo el valle que vamos a recorrer después.
Y, si nos hace un día más o menos de buen tiempo y nos apetece un paseo a pie por uno de los espectaculares bosques que encontramos en las laderas de estas montañas, una segunda recomendación podía ser la de recorrer, desde lo alto del puerto, el viejo camino que recorría el valle antes de que se construyese la carretera actual. Como digo, es un paseo espectacular para realizar en esta época del año y lo podemos disfrutar mucho siempre y cuando lo hayamos preparado un poco.
Se trata de un paseo señalizado como PR-PNPE-11. Es decir, se trata de uno de los senderos señalizados dentro de los límites del Parque Nacional de los Picos de Europa y arranca casi desde el mismo aparcamiento que hay situado en lo alto del puerto del Panderruedas. Y, como comentaba, consiste en una pista forestal que sigue el trazado del antiguo camino que va descendiendo poco a poco desde el puerto hasta el fondo del valle. Son 13 kilómetros y medio de trazado muy fácil de seguir, que se vienen a recorrer en unas cuatro horas. Lo más importante es tener en cuenta que se trata de un recorrido lineal y esto quiere decir que es muy importante que una vez que lleguemos al final del paseo, en Posada de Valdeón, tengamos prevista alguna forma de regresar al punto de partida en lo alto del puerto. Algo que tampoco es muy difícil de solventar porque en Posada de Valdeón existen diversos servicios de taxi que nos pueden resolver fácilmente la papeleta. Otra opción que se utiliza mucho en estos casos, cuando se cuenta con más de un vehículo en el grupo, es dejar uno de ellos, antes de empezar el paseo, en el punto de llegada para poder regresar con él al lugar desde el que se ha arrancado.
Por supuesto, una vez realizado el paseo, nos quedaría ir recorriendo todos y cada uno de los pueblos que conforman el Valle de Valdeón, con una interesantísima colección de hórreos, por ejemplo, y rincones tan interesantes como el Chorco de los Lobos, que es una antigua trampa que se utilizó en el pasado para cazar lobos en esta zona, o la localidad de Caín y el impresionante Desfiladero del Cares que es el que cierra por completo en valle en lo más profundo de él. -
Hoy traigo una propuesta de viaje puramente otoñal. Es decir, un viaje de naturaleza a un rincón bastante conocido de Castilla y León pero que no solemos asociar a esta época del año: los jardines que encontramos en el entorno del palacio Real de la Granja de San Ildefonso.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. No dejes de consultar lo que sobre esta propuesta he publicado en el blog: https://siempredepaso.es/jardines-del-palacio-real-de-la-granja-3
Parece que, en principio, cuando hablamos de jardines enseguida los asociamos al momento más florido del año, que es la primavera y que es cuando, efectivamente, muchos de ellos lucen sus mejores colores. Sin embargo muchos de esos jardines viven otro momento de esplendor en el año con la llegada del otoño. Desde luego, muy especialmente los jardines que, como estos de los que vamos a hablar ahora, en realidad fueron pensados como pequeños bosques organizados de una manera bien concreta para que sus dueños, en este casos los reyes que acudían al palacio, disfrutaran de ellos. Este es el caso de los que arropan el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, pensados y trazados más para el paseo que para la contemplación, y que aglutinan entre los parterres un variadísimo número de especies arboreas, casi todas de hoja caduca. Lo que se traduce, llegado el otoño, en un festival multicolor que la estupenda colección de estatuas y fuentes que encontramos entre ellos parecen celebrar bailando.
La historia de cómo un rincón de los bosques de Valsaín llegó a convertirse en granja y luego en palacio arranca en tiempos de Enrique III. Después, fue Felipe V quien más empeño puso en hacer de estos jardines un remedo de los jardines versallescos ideados por su abuelo, Luis XIV. Para ello, no dudó en traerse hasta La Granja a un equipo de diseñadores y artistas de primera categoría, españoles, franceses e italianos.
El resultado final de aquel empeño es un gran espacio ajardinado en el que acabó predominando el estilo italiano de jardín, un espacio no del todo organizado, en el que se combinan zonas boscosas, asilvestradas, con paseos, fuentes, terrazas y juegos de agua.
Sin embargo, lo que mucha gente no sabe, es que estos jardines son mucho más que una bonita colección de estatuas mitológicas, fuentes monumenales, estanques, parterres y jarrones de escayola. Como digo, el entorno del palacio fue pensado desde el principio como un lugar de paseo y esparcimiento real propicio también para el contacto con la naturaleza más asilvestrada. Y por eso, la opción más recomendable para quien lo visita en esta época del año es la de llegar hasta el final de la zona ajardinada y tomar el llamado Camino de Circunvalación que recorre la zona alta a través del bosque y en paralelo a la tapia que acota el recinto real.
Una de las formas de alcanzar este camino es partir de la zona central de la fachada del palacio, la que mira a los jardines, e ir haciendo el recorrido de fuentes mitológicas hasta acercanos a uno de los rincones que mejor lucen en esta época del año y que se conoce como el Mar, el gran estanque navegable que alimenta solo mediante la fuerza de la gravedad las 26 fuentes ornamentales del jardín, permitiendo que en alguna de ellas, como en la fuente de La Fama, el agua alcance hasta los 40 metros de altura.
El estanque aparece rodeado de amplios paseos bien servidos de venerables plátanos y castaños, el árbol que, junto a las hayas, mejor representa el esplendor colorista de los bosques otoñales. Si se camina por las avenidas hacia la izquierda se enlaza con el sendero que rodea la zona más asilvestrada del recinto, corriendo en paralelo a la tapia superior de los jardines. Si se hace en el sentido de las agujas del reloj, devuelve en unos veinte minutos a la linde superior de la zona ajardinada, que es donde de nuevo nos encontramos con la colección de paseos organizados y vistosas fuentes que adornan los jardines.
Un rincón mágico y no muy conocido de este jadrdín es el que ocupa el Laberinto, un rectángulo de 27.000 metros cuadrados que se conserva tal como fue diseñado en 1713 para crear en los reyes la sensación de que era posible alejarse del mundo sin ir más allá del jardín de casa. Hay 2.500 metros de recorrido por un interior cuyos callejones con y sin salida están construidos con setos de carpe y haya, árboles caducifolios que también lucen ahora su mayor variedad de colores antes de que sus ramas pierdan definitivamente las hojas y se uede a la vista una tramoya, la del laberinto, que se volverá inútil hasta que la primavera vuelva a tapizar de nuevo los muros vegetales.
En cuanto a los datos prácticos, por si alguien se anima a disfrutar ya de los colores otoñales de estos jardines, hay que decir que permanecen abiertos ininterrumpidamente de 10,00 a 18,30 horas. Y que la entrada es gratuita. -
Hoy nos escapamos al mismo lugar al que iban los reyes leoneses del medievo cuando querían desaparecer por unos días y olvidarse de la difícil tarea de reinar. Hoy viajamos a Babia. PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León. No dejes de consultar lo que sobre esta propuesta he publicado en el blog: https://siempredepaso.es/que-ver-hacer-cinco-rincones-para-disfrutar-en-un-viaje-a-babia-leon
Un lugar del que todos hemos oído hablar alguna vez pero que muchos no tienen todavía muy claro dónde situarlo con exactitud en el mapa.
De hecho, estoy seguro de que para muchos Babia es uno de esos territorios inventados, que solo aparecen en los cuentos.
A muchos seguro que les suena a ese atlas de lugares fantásticos que se ha ido transmitiendo a través de la literatura o de los cuentos, como Jauja o Las Batuecas. Sólo que Babia es un lugar tan real que, como dices, era el preferido por los reyes...
De hecho, esa es una de las explicaciones que se da a la famosa expresión "estar en Babia" como sinónimo de "quedarse ensimismado" pensado en alguna cosa con tanta intensidad que no te enteras de lo que pasa a tu alrededor: ¡Estás en Babia!
Y es que todo viene de la afición que tenían los reyes leoneses del medievo por abandonar en cuanto podían sus obligaciones reales y salir escopetados de sus castillos, enfilar con sus mesnadas hacia las montañas del norte, en torno a las Ubiñas, y dedicarse al trote y a la caza hasta que les doliera el trasero. Esta teoría justifica que para esos reyes trotones "perderse" por los valles babianos era la manera preferida de apearse de sus obligaciones sin dejar rastro. De hacer unos paréntesis tan intensos que, cuando alguien preguntaba por ellos en palacio y no se les encontraba por ninguna parte, se acabó acuñando la expresión "Pues no sé, estará en Babia...".
El otro cuento del que siempre se tira para alabar el encanto de esta tierra de valles siempre verdes y montañas de alucine es el de los pastores babianos que se pasaban casi la mitad del año con sus rebaños de ovejas en las dehesas extremeñas, esperando que las nieves se fundieran en los puertos de su querida Babia para poder regresar con el ganado. Dicen que extrañaban tanto la belleza de su terruño y se les hacía tan largo el retorno que cuando les veían con la mirada fija, colgados en una ensoñación y sin decir nada, sabían dónde andaban en realidad...: en Babia, claro...
El caso es que al viajero de hoy no le hace falta perderse en ningún sentido para disfrutar a fondo de un territorio que lo tiene casi todo para provocar el encantamiento. Y como, por suerte, lo tenemos tan a mano, tan cerca que podemos ir y volver cuando queramos, si te parece, vamos, al menos, a dar unas pocas pistas que nos ayuden a disfrutar de algunos de los secretos mejor guardados de este territorio tan lleno de magia.
Tal vez haya que empezar diciendo que encontramos esta comarca en el noroeste de la provincia de León, en la linde montañosa que separa Asturias y León, y a los pies de la imponente cumbre de Peña Ubiña (2.417 m). De hecho esta cumbre representa una de las señas de identidad de este territorio hasta el punto de que es casi como una montaña mágica por la que todo veterano montañero o montañera se siente atraído de inmediato. Las vistas desde arriba son tan infinitas como lo permita el buen tiempo y la suave calima que tan menudo enturbia el aire de las montañas. Si nada lo impide se llega a ver hasta el mar. Uno de los puntos de ascenso a la cumbre -si bien solo recomendada para montañeros con experiencia- está en la localidad de Torrebarrio.
Sin salir aún del Valle de San Emiliano, que es por el que hemos comenzado nuestro recorrido por Babia, podemos acercarnos hasta una de las localidades que mejor reflejan la fusión de las dos vertientes montañosas, la norte y la sur, que es Torrestío.
Paso obligado en el tránsito por el histórico puerto de La Mesa, entre las dos vertientes cantábricas, esta localidad conserva entre sus calles evidencias de esa fusión. La más obvia es su conjunto de hórreos de perfiles claramente asturianos, los últimos hórreos a cuatro aguas que quedan derechos en Babia. Esta construcción es fundamental para la supervivencia en zonas de montaña en las que el clima siempre es un enemigo a batir. Especialmente durante el invierno. Es entonces cuando este almacén, en el que se guarda la cosecha y la matanza a salvo de la humedad y los ratones, asegura la alimentación hasta la temporada siguiente. Desde Torrestío puede arrancarse la travesía de montaña que, por una pista de tierra, alcanza por la vertiente leonesa los lagos de Somiedo, ya en Asturias.
De hecho, una de las características de esta comarca leonesa es, junto a la abundancia de pastos, la abundancia también de pequeños pueblos diseminados en sus diferentes valles que han sabido conservar bastante bien su arquitectura tradicional.
Es un territorio en el que a la belleza de un paisaje de montañas y pastos se suma el encanto de muchos de sus pueblos. En la mayoría predominan aún las construcciones de mampostería y sillarejo, de tejados de pizarra y chimeneas rústicas. Y en muchos de ellos se localizan viejos caserones señoriales llegados de un tiempo en el que la posesión de pastos y rebaños valían su peso en oro. O en escudos nobiliarios.
A lo largo y ancho de Babia encontramos varios de estos caserones de noble abolengo en localidades como Torre de Babia, Piedrafita, Robledo o Vega de Viejos. Pero, de todos ellos, un lugar al que no debemos dejar de ir en ningún caso es Riolago de Babia, uno de los conjuntos urbanos mejor conservados de este territorio. En él encontramos también el impresionante palacio amurallado que perteneció a una de las familias más poderosas de León, los Quiñones y, más tarde, a los marqueses de Acedo, y que acoge en la actualidad acoge la Casa del Parque de Babia y Luna, de manera que es una visita obligada por partida doble, sobre todo porque en la casa de este parque natural nos van a indicar con detenimiento los muchos rincones que están señalizados en todo el parque y se pueden visitar a pie.
Entre ellos, yo no dejaría de acercarme por lo menos hasta la Laguna Grande, cerca de Lago de Babia, o, ya en coche, también hasta la localidad de La Cueta, el pueblo de la provincia de León que está ubicado a mayor altitud, y punto de partida para conocer, por ejemplo, las fuentes del río Sil.
Apuntada queda esta rápida invitación para acercarnos a Babia, por ejemplo este mismo fin de semana. Una comarca con muchísimas cosas que ver y hacer y de la que seguro vamos a volver a hablar en más de una ocasión.
Ya saben que pueden ampliar la información de todo lo que hemos estado comentando en el blog de viajes SIEMPREDEPASO.ES. O, incluso, reservar el alojamiento que puedan necesitar, también a través del blog. -
En este primer programa de la temporada hablamos de los nuevos proyectos del blog SIEMPRE DE PASO, entre ellos, de la campaña de financiación para la edición del FOTOcalendario 2020.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "La Brújula de Castilla y León" de Onda Cero Castilla y León.
SIEMPREDEPASO.ES es un blog dedicado precisamente a eso, a proponer ideas y lugares que visitar, la mayoría de ellos ubicados en la Comunidad de Castilla y León, aunque también se pueden encontrar muchas propuestas de comunidades vecinas, como Extremadura y Asturias, principalmente.
En este curso hemos empezado con algunas novedades, que ya iremos comentando poco a poco, aunque la principal, en este momento, es el arranque de un proyecto, del que también hemos hablado a los oyentes en años anteriores, y es el comienzo de la campaña de micro financiación para poder auto editar el FOTOcalendario del año que viene.
Se trata de un campaña crowfunding o micro mecenazgo abierta a todo aquel que quiera participar y que tiene como objetivo conseguir el número de reservas suficientes como para que sea factible la publicación del calendario. Estamos hablando de un calendario de pared que abierto tiene más o menos el tamaño de un A3, pero que tiene las características de una publicación muy cuidada, con un buen papel y mucho espacio para poder tomar notas y apuntar esas citas viajeras o esos acontecimientos importantes que no queremos que se nos pasen. Y que tiene unas fotografías espectaculares.
La idea de editar el calendario surgió como una forma de crear una publicación que ilustrara cada uno de los meses con una imagen muy potente del patrimonio natural y cultural de Castilla y León que sirviera, a la vez, como estímulo, para ir a conocer esos lugares.
De hecho, este FOTOcalendario es también una guía de viaje que lleva por título "Castilla y León es fascinante: 12 meses/12 viajes".
La idea es que cada mes va ilustrado con una fotografía de un rincón de Castilla y León, y se acompaña con un código QR que nos va a enlazar, a través del teléfono móvil, con uno de los reportajes publicados en el blog. De manera que de esa forma tan sencilla vamos a encontrar la información que necesitamos sobre ese lugar que aparece en la fotografía y vamos a saber cómo llegar hasta él o qué tiene de especial. De hecho, en la portada figura como un "calendario interactivo".
Para poder editarlo y tenerlo a un buen precio es necesario alcanzar un número mínimo de reservas, de manera que cuando estas se alcancen sea factible llevarlo a la imprenta. Como en años anteriores, la campaña de micro financiación se está desarrollando en la plataforma VERKAMI.COM. Para localizarla basta poner en el buscador de esta plataforma "FOTOcalendario 2020" y una vez localizada lo único que hay que hacer es seleccionar la "recompensa" que más nos pueda interesar. Es decir, existen diferentes opciones y diferentes precios según reservemos un solo calendario o una cantidad superior. El precio mínimo de compra, por un solo calendario, son 11 euros, pero podemos conseguirlo hasta por 9 euros si reservamos una cantidad superior.
Sí que me gustaría resaltar que puede ser una buena oportunidad para empresas que quieran ofrecer a sus empleados o a sus clientes un estupendo regalo cuando lleguen las Navidades, por ejemplo.
Y también quería recordar, por si alguien no lo sabe, que en este tipo de campañas aunque se hayan hecho las reservas, si al final no se consigue el objetivo de la campaña, que en este caso es la publicación del calendario, se anulan todas las reservas realizadas y no se cobra a nadie ninguna cantidad.
Es un proyecto de autoedición que este año incluye la posibilidad incluso de colaborar, al hacer la reserva del calendario, con la ONG de Mozambique ESMABAMA, que está desarrollando un montón de proyectos relacionados con la educación y la agricultura en la zona que destrozó el ciclón IDAI el pasado mes de marzo.
Por otro lado, este mismo fin de semana la oportunidad de acercarnos a conocer uno de los rituales festivos más interesantes de la provincia de Valladolid, porque esta semana están teniendo lugar las fiestas de la localidad de Mayorga y hoy por la noche se celebra la procesión de El Vítor, que tiene la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Se trata de una procesión cívica que se realiza alumbrada por una multitud de pellejos encendidos y embadurnados de pez, y en la que el fuego y el humo crean una atmósfera de lo más espectacular. Como digo, es desde luego una de esas celebraciones que merece la pena tener apuntadas para que no se nos pasen, por ejemplo en ese calendario de pared tan especial del que hemos hablado hoy. Pero también hay que decir que si se va, hay que hacerlo con la indumentaria adecuada para poder participar de la fiesta sin sufrir mayores percances.
También este fin de semana y también en la provincia de Valladolid, podemos apuntarnos a la jornada de puertas abiertas que vamos a encontrarnos mañana sábado en todos los monumentos que conforman la ruta bautizada como "De Jeromín a Juan de Austria", que es un recorrido por la comarca de los Montes Torozos de Valladolid. Es desde luego, una ocasión estupenda para hacer esta ruta monumental y paisajística que va parándose en las localidades de Wamba, Torrelobatón, San Cebrián de Mazote, la Santa Espina, Urueña y Villagarcía de Campos.
Y una recomendación para el domingo puede ser la de acercarse al Desfile de Carros Engalanados que tiene lugar el domingo por la mañana en la capital leonesa, dentro de sus fiestas de San Froilán, una celebración de carácter tradicional que sorprende por el tipismo y las estampas que ofrece. -
Hoy proponemos un par de paseos que tienen como aliciente añadido el de poder rematarlos con un buen baño de agua fresquita.
Hoy os propongo ir a disfrutar de la naturaleza pero con el aliciente de poder refrescarnos también en las aguas, tan tentadoras en esta época del año, de algún río de montaña.
Lo primero que hay que decir es que en Castilla y León tenemos un montón de lugares en los que podemos refrescarnos disfrutando de rincones acondicionados para el baño en plena naturaleza. Y una de las cosas que podemos hacer es localizar cuáles son esas zonas de baño que reúnen las condiciones de salubridad y seguridad necesarias buscándolas en la página web de la Consejería de Sanidad. Este año creo que hay cerca de 30 zonas declaradas aptas para el baño. Son lugares, la mayor parte en el entorno de embalses y lagos, que cuentan con un mínimo acondicionamiento de papeleras, algún chiringuito o, en algunos casos, hasta socorristas. Pero, sobre todo, lo que más se mira en ellas es que cuenten con una buena calidad del agua y que tengan zonas acotadas en las que el baño pueda realizarse sin peligro de que nos arrastre la corriente o se produzcan otro tipo de percances.
Pero lo que hoy quería proponer era acercarnos a disfrutar del agua al mismo tiempo que recorremos alguno de esos senderos que tanto nos gustan en cualquier época del año. Y, especialmente, en verano.
Os propongo dos paseos bien fresquitos por la provincia de León.
El primer de ellos nos va a acercar hasta un rincón que es conocido en la zona como Las Puentes de Malpaso y lo encontramos apenas a tres kilómetros de la localidad leonesa de Molinaseca. Un rincón que guarda relación con la memoria de los guerrilleros que sobrevivieron tras la finalización de la Guerra Civil.
En concreto, con la figura de Manuel Girón Bazán, uno de los maquis más legendarios y buscados por el franquismo y que era natural de Salas de los Barrios.
Tras el alzamiento del 18 de julio de 1936, al quedar El Bierzo inmediatamente incluido en el territorio del bando nacional, solo tuvo dos días para pensar si se daba por preso o se echaba al monte. Escogió lo segundo. Tenía 26 años y no imaginaba que así iban a pasar sus siguientes 15 años de vida, la mayor parte de ellos escondido en la comarca leonesa de La Cabrera, una zona intrincada, de orografía cómplice y, en aquellos años, prácticamente incomunicada.
La figura del "compañero Girón", como era mencionado por sus colegas de huida, fue creciendo con el paso del tiempo. Especialmente tras el final de la guerra, momento en el que pasó a integrarse en la bolsas de resistencia que pretendían el desgaste del nuevo régimen hasta que las potencias extranjeras se decidieran a restituir al gobierno derrocado. Como se sabe, ese momento nunca llegó.
Mientras, el valor y el arrojo del guerrillero comenzaron a divulgarse con aires de leyenda, haciéndose más y más grande tras salir con vida de varias emboscadas tendidas por las fuerzas nacionales.
Pero el dos de mayo de 1952 sufrió la traición de un Guardia Civil que había logrado infiltrarse en su grupo y que le descerrajó un tiro precisamente cuando estaban a solas escondidos en una covacha próxima a los puentes medievales conocidos como Las Puentes de Malpaso, y que son el destino de este paseo señalizado.
Como digo, hasta estos puentes, un apartado rincón lleno de encanto que forma parte también del Camino de Santiago más tradicional, se llega por el sendero señalizado PR-LE42. Son tres kilómetros de fácil paseo que pueden hacerse en una hora. El inicio hay que buscarlo en la iglesia de San Nicolás, en la parte alta de Molinaseca. Y el baño refrescante prometido nos lo podemos dar, o bien en las magníficas piscinas fluviales que encontramos en la localidad de Molinaseca, junto al puente medieval, o bien en el entorno, mucho más apartado de Las Puentes de Malpaso.
La segunda propuesta discurre por uno de los entornos naturales que más me gustan de Castilla y León: el Valle de Sajambre, uno de los dos valles leoneses que forman parte del Parque Nacional de los Picos de Europa.
Y, en este caso concreto, lo que propongo es acercarnos a disfrutar de un río de montaña fresco y saltarín a más no poder: el río Sella.
Encontramos su nacimiento en la Fuente del Infierno, en mitad de la bajada del puerto del Pontón hacia Sajambre, y desde ahí mismo comienza un descenso precipitado entre bosques memorables y pozas cristalinas, por un valle que no tendría otra salida de no ser por el propio río. De hecho, el Desfiladero de los Beyos, que se abre al fondo del valle es el pasillo natural que le va a dar salida al mar en la costa asturiana.
De los muchos caminos que suben y bajan en este entorno atravesando bosques y majadas, conectando arroyos, prados e invernales, uno destaca por su nombre propio: La Senda del Arcediano. Señalizado como sendero de gran recorrido, arranca en el puerto del Pontón hacia Cangas de Onís, y es el viejo camino histórico que unía a través de las montañas los pueblos de este valle con los de Asturias antes de que pudiera construirse la carretera que discurre por el desfiladero de Los Beyos -uno de los más angostos y bonitos de Europa-.
La Senda del Arcediano es también un sendero muy hermoso y muy interesante, del que hablaremos con más detalle en algún otro programa, pero del que hoy propongo que nos acerquemos al tramo que enlaza las localidades de Oseja de Sajambre y Soto. Esta etapa de la Senda del Arcediano, históricamente utilizada por los vecinos de Soto y de Oseja para llegarse de un pueblo al otro antes de que la carretera fuera la vía de comunicación y los viajes dejaran de hacerse a pie, tiene unos cinco kilómetros largos y viene a recorrerse en una tranquila hora de fácil paseo. -
Hoy nos acercamos hasta uno de los frentes de la Guerra Civil establecido en torno a la localidad de Las Navas del Marqués para realizar un paseo senderista lleno de interés y con grandes vistas.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "Aquí en la Onda" de Onda Cero Castilla y León. No dejes de consultar lo que sobre esta propuesta he publicado en el blog: https://siempredepaso.es/como-recorrer-el-sendero-paisajes-de-trincheras-y-fortines-las-navas-del-marques-avila
Ya sabes que me gustan mucho las propuestas senderistas que además de ponernos en contacto con entornos naturales, casi siempre sorprendentes, nos aproximan también a momentos históricos pasados. Y hoy voy a proponer que nos adentremos por una ruta señalizada que lleva por título "Paisajes de fortines y trincheras". Una ruta senderista que nos va a propiciar el paseo por un tramo considerable de la línea defensiva que la Septuagésimo Primera División del frente nacional trazó en el costado suroriental de Las Navas del Marqués para repeler cualquier ataque del bando republicano que pudiera venirle por ese lado. El frente por el que discurre el paseo fue una línea crítica durante los primeros meses del alzamiento.
El paseo lo que hace es recorrer un conjunto de restos de fortificaciones que fueron levantadas en los primeros momentos del alzamiento del bando nacional.
Vale la pena recordar que la capital de la provincia, Ávila, se convirtió de inmediato en un centro neurálgico del bando nacional, con el Cuartel General de Mola, el principal campo de aviación de la Legión Cóndor -que era el aeródromo “Cruz de Los Llanos”, dedicado al bombardeo aéreo de las posiciones republicanas y de Madrid- y la principal escuela de formación de Alféreces Provisionales.
En aquellos momentos, durante los primeros meses del conflicto, las localidades de El Hoyo de Pinares, Navalperal de Pinares y Las Navas del Marqués estuvieron ocupadas y defendidas por la Columna Mangada, compuesta por milicianos que habían llegado desde Madrid y que pretendían evitar que el dominio rebelde de la Sierra de Guadarrama terminara en seguida con la resistencia de la capital. El caso es que a pesar de los esfuerzos que puso esta columna de milicianos por frenar el avance del bando nacional en la sierra, la localidad de Las Navas acabó cayendo en manos de los rebeldes el 21 de octubre de 1936. Y es a partir de ese momento cuando comienza a construirse el anillo defensivo en torno a la localidad en prevención de un ataque que, en realidad, nunca llegó a producirse. Es más, la relativa tranquilidad con la que se vivió en este frente el resto de la guerra es una de las razones de la gran cantidad de restos de aquellas defensas que sobrevivieron al trance y que son las que vamos a recorrer en el paseo.
Otra razón por la que encontramos todos esos restos es porque, una vez tomada la localidad y sintiéndose a salvo de un contraataque inminente, el bando nacional puso mucha dedicación y tiempo al trabajo en las trincheras, utilizando en las construcciones defensivas mucho hormigón armado y mampostería con el propósito de hacerlas lo más resistentes posible. Algo que no hubiera sucedido de haber sido un frente con mucha actividad bélica.
Se trata de un paseo circular señalizado, de 9 kilómetros de recorrido que pueden hacerse en unas tres horas. Efectivamente existe un folleto con la descripción de la ruta que puede descargarse desde la web del ayuntamiento de Las Navas, y en el blog SIEMPREDEPASO.ES es posible ver también un resumen en vídeo del recorrido y descargarse el track para GPS. Se trata de un paseo que discurre por una zona de monte, muy bonita, dada su posición estratégica con muy buenas vistas sobre el entorno pero prácticamente desarbolada.
Además de las flechas que nos van orientando sobre el terreno vamos a encontrar tres paneles instalados en los puntos más destacados con información, por ejemplo, acerca de la diferente forma que tenían de construir las defensas en un bando y otro. Las que recorremos aquí son el ejemplo del modelo preferido por los nacionales.
El recorrido, que arranca junto al parque infantil que se extiende entre el castillo de Magalia y los restos del convento de Santo Domingo y San Pablo, en la parte alta de Las Navas, ofrece una larga lista de ejemplos de las mañas que gastaba la ingeniería militar para estos fines: posiciones defensivas que iban componiéndose a base de levantar búnkeres, parapetos, puestos de tirador y de observación, refugios y zonas de descanso o trincheras para comunicar entre sí las dependencias de cada una de las posiciones. Restos todos ellos, algunos ya muy maltrechos, más por el paso del tiempo que por otra cosa, pero otros lo suficientemente enteros como para provocar escalofrío solo de imaginar cómo debió de ser verse en la obligación de usarlos.
Un largo reguero de balizas bien ubicadas guían hoy esta pacífica excursión por el frente para la que se requiere buen calzado y el equipo de ataque propio de un paseo montañero: gorra, bastones, agua, provisiones... Como digo, son algo más de tres horas por terreno escarpado, a veces campo a traviesa y sin sombras, en la que viene bien contar con los rastros del GPS para no desorientarse. Y aunque no hay peligro de que nadie nos pegue un tiro o eche el alto, sí lo hay de un buen golpe de calor si cometemos la temeridad de realizarlo en las horas centrales de un buen día de verano. Es decir, que no vamos a encontrar ninguna sombra en todo el recorrido y, por tanto, es uno de los paseos que yo recomendaría para realizar especialmente durante estos días de primavera que aún quedan, en los que el calor no va a ser todavía demasiado agobiante. En cualquier caso, la recomendación es realizarlo siempre a primera hora, evitar las horas centrales del día para caminar. Y, por supuesto, trastear con mucho cuidado entre los cascotes, agujeros y zanjas de más de medio metro que los nacionales excavaron con tanto ahínco y que son el principal atractivo de este paseo. -
Hoy proponemos un paseo por la Senda de los Molinos que discurre por el corazón de la capital segoviana.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "Aquí en la Onda" de Onda Cero Castilla y León. No dejes de consultar lo que sobre esta propuesta he publicado en el blog: https://www.siempredepaso.es/como-hacer-la-senda-de-los-molinos-segovia/
En este espacio hemos hecho muchas propuestas para disfrutar de paseos senderistas por la provincia de Segovia pero hoy se me ha ocurrido que podemos hacer una propuesta senderista que nos va a descubrir una de las caras de la capital segoviana menos conocida y concurrida.
También aquí hemos animado muchas veces a recorrer las orillas de nuestros ríos en busca de rincones olvidados, o con la intención de curiosear rincones apartados en los que se descubren restos de molinos o de otros ingenios que en el pasado se colocaban en las orillas de los ríos para aprovechar la fuerza del agua y poder funcionar.
Hay que pensar que igual que hoy lo es el petróleo, hubo un tiempo en el que el agua era el fluido que movía el mundo. Durante muchos siglos el agua fue el elemento indispensable para desarrollar la fuerza sobrehumana que ponía en movimiento maquinarias fantásticas que facilitaban el progreso. Su capacidad de empuje no tenía rival a la hora de hacer girar ruedas gigantescas o levantar mazos. Sin esa fuerza ni el ingenio puesto para aprovecharla, la humanidad seguiría ahora en la Edad de Piedra: haríamos el pan sin harina, los animales no sabrían lo que son los piensos y no tendríamos ni idea de lo que es un trapo o una hoja de papel.
Pues, bien, resulta que sin salir de la capital segoviana tenemos señalizada una propuesta de paseo senderista que recorre las orillas del río Eresma y que lleva por título, precisamente, la Senda de los Molinos.
A no más de un kilómetro en línea recta del Acueducto, un sendero fluvial recorre las orillas del Eresma para repasar la historia semiolvidada de los diferentes ingenios con los que contó Segovia y que necesitaban de la fuerza de la corriente para funcionar. Es así como una ristra de paneles bien documentados ayudan a poner sobre el terreno el lugar que ocuparon antiguas fábricas de papel o loza. O viejos molinos de los que apenas quedan ya cuatro piedras a punto de ser engullidas por una vegetación tan feraz que en vez de urbana a veces parece hasta tropical. Así de enmarañado, agreste o saltarín se presenta este tramo de un Eresma que durante muchos siglos se constituyó en la fuerza bruta que movía la industria de una de las ciudades más pujantes de España.
El inicio del recorrido hay que buscarlo en la Vía Roma de la capital segoviana, a la altura de la antigua fábrica de Loza y, si se baja desde el Acueducto, antes de cruzar el puente sobre el Eresma. En ese punto baja una calle hacia las orillas del río. Y la calle termina en una plaza, donde da comienzo la senda. Antes, una pasarela de madera invita a echar el primer vistazo a este Eresma feraz que estamos a punto de descubrir. Junto a la pasarela se encuentra también el inicio de la Cacera de Regantes de San Lorenzo, el sistema de canales que desde la Edad Media toma las aguas del río para distribuirlas entre las abundantes huertas que siempre tuvo Segovia a sus pies.
Según la documentación que acompaña el recorrido, el aprovechamiento industrial del río Eresma a su paso por Segovia comenzaba aguas arriba con el martilleo de los batanes que se situaban en la parte alta del cauce, desde la entrada del río en el término municipal hasta el barrio de San Lorenzo. Desde este, que es donde ahora da comienzo la senda, hasta la Alameda del Parral se ubicaron la mayor parte de molinos de pan que, andando el tiempo, con la Revolución Industrial, acabaron por convertirse en fábricas de harina. Del Parral hacia abajo se situaron las industrias del papel y la Casa de la Moneda.
Pero ahora hemos arrancado ya el paseo y ya tenemos ante nosotros la primera de las fábricas que vamos a ir descubriendo. O mejor dicho, los restos de aquellas fábricas. En este caso, a unos pocos metros del inicio, se localiza el lugar en el que estuvo funcionando la Fábrica de Loza, junto a uno de los puentes sobre el Eresma. Fue una de las más prestigiosas de España en su género y que estuvo funcionando hasta 1992.
Otro rincón a curiosear en este tramo del río es el lugar que ocupó la antigua fábrica de harinas Carretero y que destaca por la característica chimenea circular de ladrillos rojos que se eleva por encima del grupo de casas que hay hoy donde estuvo ubicada.
Se trata de un sendero de lo más agradable, que discurre por entre la fronda propia de un río y que, en muchos momentos te da la sensación de estar realizando una excursión por algún lugar perdido y no realizando un paseo lleno de agua y vegetación salvaje a muy pocos metros del Acueducto de Segovia.
Desde luego contar con unas buenas botas de senderismo es fundamental. No tanto porque se trate de un camino difícil, es llano y perfecto para realizar en familia, sino porque al discurrir tan cerca del río es bastante probable que nos encontremos con zonas algo embarradas o incluso que, dependiendo del caudal que lleve el río, puedan estar inundadas. En todo caso, se encuentra perfectamente acondicionada con pasarelas y escaleras de manera que el paseo es toda una invitación a realizar una visita a Segovia que no tiene nada que ver con su cara más turística o conocida.
En total son unos 3 kilómetros largos que pueden hacerse perfectamente en una hora y media si vamos parando en cada uno de los carteles en los que se explica no solo la historia de este patrimonio industrial, que está cada vez más olvidado, sino también curiosidades relacionadas con la geología o, por ejemplo, con la forma en la que el río ha ido erosionando el lecho granítico por el que discurre y en el que la fuerza de la corriente, además de mover ingenios, ha ido dando forma a pozas de distintos tamaños que se conocer como marmitas.
Como digo, el recorrido por las orillas del Eresma viene a estar dividido en dos grandes tramos. El primero, que da comienzo en torno a la antigua Fábrica de Loza y que es en el que se concentró la mayor parte de la industria harinera, con restos de antiguos molinos y de las presas que servían para enviarles el agua a través de los canales. Es la parte de vegetación más feraz y la más sorprendente. Después, siguiendo la orilla del río el sendero desemboca en el parque de La Alameda, de visita y disfrute también más que recomendable en cualquier momento del año. Y aquí, una buena forma de finalizar el recorrido es visitando la Real Casa de Moneda de Segovia, de la que ya hemos hablado en alguna ocasión, y que fue también uno de los ingenios que surgieron junto a las aguas del Eresma para poder funcionar. -
En el programa de hoy hacemos un repaso de algunas celebraciones de Semana Santa de Castilla y León a las que, por su particular sabor, merece la pena prestar atención.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "Aquí en la Onda" de Onda Cero Castilla y León. No dejes de consultar lo que sobre esta propuesta he publicado en el blog: https://www.siempredepaso.es/planes-para-una-semana-santa-de-aires-rusticos-y-turismo-rural-en-castilla-y-leon/
En esta ocasión dejar a un lado el impresionante listado de nuestras celebraciones religiosas más conocidas, nada menos que ocho reconocidas como de Interés Turístico Internacional y cuatro de Interés Turístico Nacional, y bucear un poco entre esas otras Semanas Santas de Castilla y León, quizás menos agobiadas por la presión del turismo pero sin duda merecedoras de atención.
Y la primera que propongo que apuntemos es la de Ágreda, en la provincia de Soria. Muy alejada de la típica imagen de capuchón y penitente, la celebración que tiene lugar el Viernes Santo en Ágreda es muy llamativa porque recuerda directamente a la moda de respeto del siglo XVI. La "culpa" es de una cofradía, la de la Vera Cruz, fundada el 7 de abril de 1556, que, además del espíritu, ha sabido conservar hasta los trajes que se llevaban en ese siglo para honrar a los muertos cuando se les acompañaba camino del cementerio. Precisamente ese era el objeto de la cofradía, facilitar el entierro a quienes fallecieran en la villa, y ese es el traje con el que les vamos a ver desfilar en la procesión. Y por eso, por seguir la moda propia del reinado de Felipe IV, a los cofrades se les conoce como "felipecuartos". Hay quien dice también que el hecho de que se haya conservado esta tradición, la de desfilar con esta moda elegante del siglo XVI tiene que ver con la estrecha e intensa relación que mantuvieron la monja Sor María de Jesús de Ágreda, que profesaba en el convento de la Concepción de Ágreda, con el rey Felipe IV. Una relación epistolar tan intensa como que el rey tenía a Sor María de Jesús como una de sus consejeras más estrechas en asuntos de Estado, y aunque, como digo, se trató de una intensa relación a través de la correspondencia también es verdad que esa relación hizo que en ese periodo fueran muy frecuentes las visitas de altos cargos de la corte de Felipe IV a la localidad.
El momento más interesante se produce el Viernes Santo, con la procesión del Sermón de las Siete Palabras. El desfile, al que se suman también romanos, "alumbrantes" y "hermanas", da comienzo a las 11,30 y parte de la iglesia de San Juan Bautista para llevar las imágenes hasta la parroquia de Nuestra Señora de los Milagros, donde tiene lugar el sermón.
En cuanto a gastronomía, Ágreda presume de su maña para elaborar pastas. En su rico muestrario, basado en una larga tradición que viene de muchas generaciones atrás, encontramos magdalenas, mantecadas, sobadillos, hojaldres, españoletas, y rosquillas huecas. Pero si buscas algo propio de la gastronomía local hay que probar “El langarto”, una masa de pan rellena de picadillo o sardina que recuerda algo a la empanada gallega.
Otra celebración muy curiosa es la que tiene lugar en Navaluenga, en la provincia de Ávila. En este caso se trata de su procesión del Jueves Santo, que es conocida como de Los Romances o de Los Piques y que está declara de Interés Turístico Regional. Un desfile cuya originalidad reside en el empeño puesto por dos grupos de romanceros que van recitando a voz en grito los 300 versos que Lope de Vega dedicó a la pasión de Cristo, publicados en las "Rimas Sacras" en 1614, más otros catorce versos de José de Valdivielso, autor también del siglo XVII.
Al parecer, las raíces de esta peculiar tradición podrían estar en los canónigos regulares de San Agustín, que habitaban la Real Colegiata Abadía de Santa María, en la vecina localidad de Burgohondo, y que son su intento de que el pueblo abrazara la profundidad espiritual de los versos de Lope se llegó tan lejos que la gente acabó por memorizarlos y convertirlos en la expresión de fe que se manifiesta al recitarlos mientras avanzan en la procesión de Los Romances.
Esta procesión arranca a las 6 de la tarde del Jueves Santo desde la iglesia de Nuestra Señora de los Villares. El punto culminante de este duelo de rapsodas llega con lo que se conoce como El Pique. Es entonces, junto a la iglesia de Nuestra Señora de Los Villares, cuando las dos cuadrillas se arrancan en un duelo por ver quién recita más alto, más deprisa -y mejor- sin equivocarse. Divididos antiguamente en solteros y casados, la tradición marcaba que el que perdía invitaba al resto a limonada y bollos. Pero hoy es el Ayuntamiento el que se encarga de repartir bollitos típicos de la zona y un montón de limonada entre los asistentes.
Otra celebración mucho más conocida pero también muy intensa y muy interesante es la que tiene lugar en Bercianos de Aliste, en la provincia de Zamora. En este caso, y dada la fama que ha ido adquiriendo en los últimos años, los vecinos de la localidad hacen cada vez más un llamamiento para que quien se acerque a disfrutar de esta celebración lo haga con respeto y discreción de manera que lo que ha sido durante siglos un acto de fe muy íntimo y personal de los cofrades que lo realizan, no se convierta en un espectáculo vacío de contenido en el que hay más fotógrafos que penitentes. Y es que ven peligrar la autenticidad de una tradición que hunde sus raíces en la Edad Media.
En este caso la principal singularidad estriba en ver desfilar, en la procesión del Viernes Santo, a los cofrades vestidos con el hábito blanco que les servirá de mortaja el día de su entierro. La celebración da comienzo a las cuatro de la tarde con el Sermón del Descendimiento y después continúa con la procesión que lleva a la larga fila de encapuchados hacia las afueras de la población mientras van entonando el Miserere en latín y en castellano.
Y también resulta muy intensa y vistosa la procesión que tiene lugar el Jueves Santo por la tarde. En este caso todos los cofrades realizan la procesión del Vía Crucis vestidos con una prenda tan hermosa como la tradicional capa parda alistana mientras van cantando también el Miserere en latín y en castellano. - Laat meer zien