Los trenes, o, mejor dicho, lo que sucede dentro de un tren, han inspirado a cientos de escritores y cineastas. Y no solo como escenarios donde suceden cosas. Viajar en tren nos brinda momentos, nos regala tiempo. Todo un lujo en un momento como el actual dominado por las prisas, por el estar haciendo siempre cosas y, aun así, sentir que nos faltan minutos para nosotros mismos. Un trayecto en tren puede ser un rato de calma, de introspección. O, por qué no, una buena oportunidad para una conversación relajada con el compañero de viaje.