Afleveringen
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En este nuevo episodio de Cuenta Bosques hablaremos de forestería comunitaria, esta forma de trabajo con productos extraídos de los bosques en la cual las comunidades vecinas intervienen, manejan, protegen y desarrollan sus actividades dentro de las áreas boscosas, sin deforestar, sin contaminar, y generando alternativas de vida sostenibles económicamente.
Los programas de forestería comunitaria tienen componentes de seguridad alimentaria, de planeación de los territorios y de restauración de la naturaleza. Enseñan que no se trata de “no tocar el bosque”; por el contrario, cómo aprovecharlo mejor.
Para esto, nos acompañan Angélica Rojas Moncada, coordinadora regional en Guaviare y Meta de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible; María Ofelia Arboleda, ingeniera forestal del proyecto Amazonía Sostenible para la Paz del Ministerio de Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD; y Martha Isabel Galeano y Flor Matilde Acevedo, dos de las integrantes de ‘Las Caprichosas’: un emprendimiento de helados y repostería, liderado por mujeres campesinas del corregimiento del Capricho en el Guaviare, que busca generar nuevas economías formales con la transformación de los frutos amazónicos. -
En el marco de las mesas de diálogo con el ELN, el tema ambiental, vital para la reconciliación, la reparación y la paz, nuevamente se hace relevante dada la urgencia de conservación de áreas estratégicas donde continúa haciendo presencia esta guerrilla. Entre ellas: San Lucas, Cocuy, Tatamá, Guapi, etc.
Temas como el ordenamiento productivo y ambiental, el ordenamiento de la propiedad agraria, las cadenas de producción y el uso del suelo son claves en este nuevo proceso que arranca. ¿Cuáles son nuestras áreas estratégicas de protección y cómo las vamos a proteger?
Para hablar sobre este tema, en este episodio nos acompañan Ariel Ávila, congresista y analista político; Luis Eduardo Celis, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación; y Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible. -
Zijn er afleveringen die ontbreken?
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Según Naciones Unidas, a partir del 15 de noviembre, la Tierra alcanzó los 8 mil millones de habitantes. ¿Qué representa esto en términos medioambientales? ¿Cuáles son los desafíos para el futuro? ¿Qué pasará si no tomamos medidas para gestionar efectivamente el crecimiento demográfico y el uso de los recursos que este implica?
Esta misma organización asegura que, para 2030, se esperan 8.500 millones, 9.700 millones en 2050 y 10.400 millones en los años 2080, cuando se estima que se llegará a un estancamiento hasta fines de siglo. También un factor clave del crecimiento de la población es que la esperanza de vida ha aumentado.
Por su parte, la Universidad Externado de Colombia, en su estudio ‘8000 millones de humanos. Retos del mundo y de Colombia’, señala el calentamiento global, el agotamiento de fuentes hídricas y de recursos naturales no renovables, entre otros, como algunas de problemáticas al respecto.
Para hablar sobre este tema nos acompañan Jimena Puyana, gerente de Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; Claudia Vásquez, directora de la organización internacional The Nature Conservancy; y Alejandro González Pulido, experto en Demografía y Población e investigador de la Universidad Externado de Colombia. -
La minería, como todas las actividades productivas, es generadora de impactos ambientales y sociales. Ha sido declarada como una actividad de alto impacto, no solamente en Colombia sino a nivel mundial, y requiere de ciertas acciones para minimizar esos impactos que se generan. No obstante, existen zonas que por su componente de biodiversidad y riqueza ambiental no son aptas para este tipo de extracción.
Adicionalmente, un débil ordenamiento territorial que facilita la minería ilegal y el uso del mercurio para extraer el oro, contaminando los ríos, son dos factores que complejizan esta situación. Nos preguntamos, ¿funciona la colaboración regional para hacer frente a los impactos de la contaminación por mercurio en la Amazonía de Brasil, Perú y -por supuesto- en la Amazonía de Colombia?
Para hablar sobre este asunto nos acompañan Gladys Cardona, candidata a Ph.D. en Biología de Sistemas e investigadora el Instituto Sinchi; Mauricio Cabrera Leal, asesor en Relaciones de Gobierno y Relaciones Internacionales de WWF Colombia; y Diego Fernando Trujillo, exprocurador delegado para Asuntos Ambientales y Agrarios. -
Según la Organización de Naciones Unidas, la industria de la moda duplicó su producción entre el año 2000 y 2014, lo que la convierte en la responsable del 20% del desperdicio y de la contaminación del agua en todo el mundo. Solo por dar un ejemplo, para producir unos jeans se necesitan alrededor de 7.500 litros de agua. También se calcula que la industria de la moda es la responsable del 10 % de las emisiones mundiales de carbono y de la tala de 200 millones de árboles por año para la producción de fibras como la viscosa y el rayón.
Para hablar sobre este tema nos acompañan hoy Carolina Urrutia, actual secretaria de Ambiente de Bogotá; Daniela Ramírez, Oficial de Apoyo Ambiental en la Embajada Británica en Colombia; y Andrés Restrepo, diseñador de modas y gerente de la marca colombiana Alado, una de las marcas abanderadas de la protección al medioambiente. ¿Cómo entender el concepto de moda sostenible? ¿Desarrollar tejidos reciclados o apostar por la reutilización es la solución? -
La carne que consumimos a diario puede estar afectando nuestro equilibrio sistémico, nuestra biodiversidad. Investigaciones han demostrado que la carne que comemos en Bogotá y en otras ciudades principales del país puede venir del ganado que se cría ilegalmente en la Amazonía, dejando a su paso deforestación y pérdida de los ecosistemas en departamentos como Meta, Guaviare y Caquetá. ¿Qué hacer para que exista una política de trazabilidad del ganado que consumimos, con el propósito de conservar nuestros bosques y selvas? Existe ya un proyecto de ley que se presentó al Congreso en la actual legislatura, ¿qué futuro le espera?
Para hablar sobre la relación entre ganadería extensiva y pérdida de bosques, nos acompañan en este episodio Gustavo Guerrero, procurador delegado para Asuntos Ambientales; el representante a la Cámara, Juan Carlos Lozada del Partido Liberal y ponente del Proyecto de Ley sobre la trazabilidad de carne que consumimos; y Natalia Escobar, investigadora principal de la línea de justicia ambiental en la organización de Derechos Humanos Dejusticia. -
En este episodio de Cuenta Bosques, vamos a continuar hablando sobre la deforestación en Colombia y en la Amazonía, centrándonos en las especies amenazadas que han perdido su hábitat por cuenta de este flagelo. Es el caso del águila arpía, del gallito de roca, del mono churuco, de la danta, del oso andino y del jaguar: el felino más grande del continente americano, que recorre las selvas colombianas y puede llegar a medir dos metros y medio pesar hasta 120 kg. Este emblemático depredador está amenazado principalmente por la pérdida de su hábitat.
Tenemos como invitados a José Manuel Ochoa, coordinador del programa de Evaluación y Monitoreo de la Biodiversidad del Instituto Humboldt; Esteban Payán, miembro del grupo de especialistas de felinos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza; y a Samuel Otavo, investigador en Ecología del Paisaje de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible.
Se calcula que Colombia tiene entre 1.200 y 1.300 especies de fauna, muchas de ellas endémicas, que hacen del país un territorio megadiverso. ¿Qué les espera a estas especies si no se frena la deforestación? -
Entre enero y septiembre de 2022, la plataforma Global Forest Watch registró más de 500.000 alertas de deforestación en el Parque Nacional Natural Tinigua, ubicado en el departamento del Meta, en el oriente de Colombia. Esto lo convierte en el área protegida más deforestada del país, de acuerdo con la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible. Y este –además– es el quinto año consecutivo en que este parque encabeza la lista de áreas protegidas más afectadas por la pérdida de bosques.
Un panorama similar ocurre en el Parque Nacional Natural Serranía del Chiribiquete: el parque de selva tropical más grande del mundo, ubicado en la Amazonía colombiana, en el que se registra una deforestación de más de 2.000 hectáreas, tan solo entre septiembre de 2021 y febrero de 2022. Para hablar sobre este asunto, en este episodio nos acompañan Clara Solano, directora de la Fundación Natura y directora (e) de Parques Cómo Vamos; Manuel Rodríguez, exministro de Ambiente y presidente del Foro Nacional Ambiental; y Esperanza Leal, directora para Colombia de la Sociedad Zoológica de Frankfurt. ¿Por qué si un territorio es declarado ‘área protegida’, en su interior continúan acciones de apropiación ilegal, de ganadería extensiva y de deforestación? -
El cambio del uso del suelo es uno de los factores que se analizan a la hora de evaluar los procesos de deforestación y sus causas directas e indirectas. La deforestación propicia el cambio del uso de suelo de vocación natural forestal: a ganadería, praderización o cultivos de uso ilícito. Fenómeno que potencia por la construcción o el desarrollo de una malla vial ilegal. Solo en la Amazonia existen más de 20 mil kilómetros de vías ilegales utilizadas para esos fines.
El gran contrasentido se da cuando se usan zonas como la Amazonia para producir alimentos cuando su aptitud es eminentemente forestal. El IGAC ha dicho en diversas ocasiones que el suelo amazónico no resiste ganadería intensiva o agroindustria debido a su acidez y a que depende de la materia orgánica que los bosques brindan a través de sus árboles.
Entonces, ante la demanda mundial de alimentos, los suelos amazónicos, que son el último blindaje del planeta ante el cambio climático, no deberían ser usados para ampliar la frontera agrícola, tal y como se está viendo actualmente en Colombia. Esto, porque se trata de baldíos de la Nación que no pertenecen a un particular y por eso son víctimas tanto de la deforestación como de la apropiación ilegal.
El actual gobierno propone hacer productivo el agro colombiano, mejorando el acceso a créditos de los productores agropecuarios, el acceso a tecnologías y por ende, mejorando su productividad y poniendo en marcha la figura de bancos sostenibles. Esto frenaría el avance de la frontera agrícola y daría un impulso al aprovechamiento de los bosques por parte de las comunidades que lo habitan, de manera sostenible. -
Los Nukak aparecen ante la opinión pública colombiana al poner fin a su aislamiento voluntario en 1988. Eran los habitantes de una zona ubicada entre el sur del río Guaviare y el río Inírida en el nororiente del departamento del Guaviare.
En estos 35 años han vivido la pérdida de buena parte de su territorio, su mundo, no solo su tierra sino los recursos de los cuales dependían, y han tenido un profundo cambio resultante del contacto acelerado con el mundo del capitalismo más salvaje que tiene que ver con las economías ilegales y con el conflicto armado colombiano.
Pero, al mismo tiempo, son sobrevivientes que han tratado de adaptarse a las situaciones de cambio acelerado a las que se han visto enfrentados desde que fueron sacados de su aislamiento. -
El agua nos llega de la Amazonía. Todo en el planeta Tierra está conectado. Al abrir un grifo casi nadie es consciente de que el agua que recibimos en nuestra casa, así vivamos en Ciudad de México, en Montevideo o en Bogotá, nos llega de la Amazonia. Un proceso perfecto que trae el agua en estado gaseoso desde el océano Atlántico, por cuenta de los vientos Alisios, para ser absorbida y purificada gota a gota por alrededor de 390.000 millones de árboles amazónicos.
Este inmenso bosque la devuelve a la atmósfera a razón de 20 millones de toneladas de agua que viajan más de 3.000 kilómetros hasta los extremos norte y sur del continente.
En Colombia, estos ríos voladores (como se les conoce) atraviesan los Andes, chocan con las montañas y caen sobre los páramos. Allí se administra el agua que alimenta 70% del país. En el continente, el agua de los ríos voladores alcanza a recargar los cuerpos de agua de los que se surten desde México hasta Argentina unos 700 millones de personas. -
La comunidad indígena Yuri-passé se encuentra en un viaje constante por la Amazonía colombiana para lograr mantener su aislamiento voluntario de lo que se conoce como ‘civilización’. Durante cientos de años, esta comunidad ha resistido a la violencia y esclavitud desde la época de la Conquista, la Colonia, los caucheros, el comercio y el narcotráfico.
Estos pueblos en aislamiento voluntario se encuentran en las zonas de mayor conservación de la Amazonía. Particularmente el viaje de los Yuri-passé inició en la desembocadura del Río Caquetá y el Río Putumayo en el Río Amazonas; y en un acto de precaución para mantenerlos a salvo, se creó el Parque Nacional Natural Río Puré que los resguarda. Se estima que hoy se hallan 1.500 km más lejos de donde estaban inicialmente.
En diferentes países de la cuenca amazónica hay presencia de varios pueblos indígenas en aislamiento voluntario. En Colombia se tienen confirmados dos pueblos en aislamiento en la Amazonía cerca de la frontera con Brasil. Además, se tienen en cuenta de 14 a 16 indicios de zonas donde puede haber grupos de comunidades que no quieren ser contactadas.