Afleveringen
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¡Nos vemos pa’diciembre vieja, cuídenla mucho chamacos, ahora ustedes son los hombres de la casa!- entre lágrimas, sollozos y el llanto inquebrantable de Francisco, el más pequeño de la familia, se despidieron de papá…
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Una gallina, dos gallinas, tres gallinas…-
Mientras Olivia atrincaba un palo de escoba para sujetar la puerta del horno, el pequeño Luis deslizaba sus manita sobre la cenefa de azulejos blancos con gallinas empollando huevos sobre una canasta con paja -nueve gallinas, dieeeeez gallinas, ¡hay 10 gallinas mamá- -
Zijn er afleveringen die ontbreken?
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Los pequeños eran amantes del agua caliente, les gustaba juguetear en litros y litros de agua hasta que se ponían “choritos”, y pasado el tiempo quedaban suavecitos con la piel tersa -Y si ahorita huelen bien, con lo que les voy a poner olerán mejor- dijo Martina, y de inmediato comenzó a cantarles...
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¡Y si no te lo comes, no irás al desfile!-
Juanito vio cómo su madre daba la media vuelta sosteniéndole la mirada mientras se retiraba a la cocina -¡Toma, aquí hay chiltepines por si quieres!- -
¡Y si no te lo comes, no irás al desfile!-
Juanito vio cómo su madre daba la media vuelta sosteniéndole la mirada mientras se retiraba a la cocina -¡Toma, aquí hay chiltepines por si quieres!- -
¡No entren a la cocina, está muy caliente el aceite!-El grito de Lupita no solo era una señal de peligro inminente, se trataba del aviso más esperado por la familia: casi era hora de cenar, y no se trataba de cualquier platillo, esa noche se iba a servir una de las cenas consentidas
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¡Piña Castro! ¡Baja esa pistola!-
-Ni madres doña Elvira, voy a matar a ese jijodesuch…
-¡Trae pa´cá pendejo!- Y mientras lo abofeteaba con la derecha y arrebataba el arma de un manotazo bien coordinado con la izquierda, doña Elvira neutralizó el conflicto -Traigan unos cafés cargados a los dos- ordenó... -
¡Ve noomás!, volvió a cerrar la Lorenza-
- ¿A poco se le moriría el hombre otra vez?-
- Eso ha de ser, pues hay que esperar a que le llegue nuevamente el amor- -
Eran pasadas las 6 de la tarde, conforme el sol se ocultaba, salía más humo de las chimeneas que coronaban aquellas casitas de adobe con techo de tierra; ese día, Catalina decidió que no atizaría la hornilla -¡Hoy no va a haber atole!, a ver si así aprende tu papá a no llegar borracho-
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Un, dos, tres por Pancho que está escondido en el zaguán del Nene-
-Aaay, me volvieron a encontrar-
El Licenciado Huarache, conocido así porque a sus 6 años era un alegador de primera, se consideraba el
mejor jugador de bote robado en la Capital del Mundo...
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Eiii ssshhh parece que ya se fue la loca de Micaela- murmuró el chayote mientras escalaba brincando entre el sartén de los frijoles y la botella de refresco, cuando estuvo cerca del techo se aventó contra el foco y se hizo la luz dentro del refrigerador –Ayyy, ya me estaba quedando dormida- dijo enojada la lechuga
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Rafai, llegó la Teresa con el chamaco bien enfermo--¡Ay Cuca!, ya va empezar la boda--Atiéndelos rapidito pues- el chamaco en cuestión traía las amígdalas del tamaño de dos guayabas a punto de reventar -Teresa, sienta al chamaco y ponlo con la cabeza hacia atrás-
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¡Ay viene la María! ¡Teresaaa, apúrate a bañarte!
El reloj apenas marcaba la 1 de la mañana, en medio del callejón se vislumbraba la figura de una mujer de mediana estatura iluminada por el brillo de la luna. “Toc, toc” -Buenas noches, o días. ¿Ya está lista la novia?- dijo María en voz baja... -
Hipólita arrímame la bandeja! ¡Hipólitaaa! ¿Estás sordaaa? ¡Polaaa, te estoy hablando!--¡Ay voy, Coyo!-Con dos trenzas largas y un vestido blanco con flores rosas, Hipólita, de 8 años, corría de un lado a otro en la plaza de la Capital del Mundo brincando y bailando al ritmo del “Son de los Aguacates”, la boda estaba a punto de comenzar.-Polaaaaa, ¡ah muchacha tan desentendida!, tráeme la bandeja-
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Noé siempre era el primero en atravesar la puerta y abrir cancha a lo largo del pasillo para bajar corriendo las escalinatas y descender cuesta abajo mediante saltos gigantescos para hacer lo menos larga posible la penitencia de cada día: llegar a casa cuanto antes para conocer lo que había preparado de comer su mamá....
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¡Quién sacó la revista del baño! ¡Ching...!-Yo no la agarré, a lo mejor fue mi mamá- contestó el pequeño Saúl--Ya les he dicho que no se debe mover la revista del escusado--¡Saúl, no me andes levantando falsos!- y con el dedo apretado, su mamá le dio un coscorrón--Vale más que la encuentren y la traigan, no me voy a poder concentrar- gritó Tito furibundo mientras pujaba con fuerzas.
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El tal Rómulo era la locura de chicas y grandes-¡Miren, miren, ahí viene!- gritaban entre suspiros y respiros agitados; Rómulo era un caballero, su brillo tan especial las traía de un ala; sin embargo, no a todas les movía igual la cola…
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“Remigia, regreso pasado mañana, te dejo dinero para la comida”, firma Julián.En la mesa del comedor, junto a un billete de 20 pesos, la mujer encontró un trozo de empaque de harina con el puño y letra de su esposo. En el momento que tomó el billete en sus manos, llegaron Anita, Tavito y Javier , se pararon junto a ella y al unísono suplicaron: tenemos hambre mamá.
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¡Dientón, Dientón, no seas bizcocho, dame el papelito que escribiste para la Chiquis!- la maestra apenas había salido de la puerta y ya iniciaba el enlace entre ambas aulas para que el Dientón pudiera comunicarse efectivamente con la Chiquis, su enamorada...
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Ya se están poniendo prietas las botellas!- decía Amalia entre dientes mientras las tomaba, para sacudirlas, desde la parte más alta del estante de madera color verde -Qué se me hace que mejor las voy a mover de lugar para ver si así llaman más la atención de la clientela-
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