Afgespeeld
-
El ascenso del escepticismo en torno a la verdad histórica del éxodo a lo largo de la segunda mitad del siglo XX se propició ante todo por los hallazgos de la excavación de Jericó por parte del equipo de Kathleen Kenyoun; Jericó si cayó en un patrón de hechos como los narrados en el libro de Josué, pero la datación arqueológica nos envía al año 1550 a.C, tres o cuatro siglos antes de lo esperable según la teoría "remsesiana" del éxodo. Repensar estos hechos y ubicar la narrativa bíblica del periodo patriarcal y del éxodo en el imperio medio de Egipto sincroniza maravillosamente la evidencia arqueológica y el texto, pero genera un problema cronológico de 170 años que pareciera desautorizar el versículo de 1 Reyes 6:1. Muchos expertos han reclamado una reconstrucción de la cronología egipcia de la antigüedad, pero esto implicaría serias consecuencias para las cronologías que dependen de la egipcia (Canaán, Asiria, Mesopotamia, Grecia); la mayoría de expertos ven esto como un imposible.
-
Moisés es un personaje trascendental en la historia de la religión y de la humanidad, es una figura central para el judaísmo, el cristianismo y el Islam. Para el judaísmo Moisés es la piedra angular de su edificio, mucho más que un mero legislador, un profeta, un general o un rey. Realmente Moisés es el padre fundador de Israel, aquel que consolidó las promesas hechas sobre los patriarcas en un proyecto social utópico, pero duradero, que representa nada menos que uno de los cimientos de la civilización occidental tal y como la conocemos. Se discute muy a menudo su historicidad, pero la resonancia histórica de su figura, su sombra, deja pocas dudas de su paso por la tierra.
-
De todos los milagros relatados en la historia del éxodo israelita, ninguno como el episodio del Mar Rojo, el análisis crítico de este pasaje exige replantear la visión más popular, retomando errores filológicos y de interpretación textual y geográfica. Como en ningún otro episodio narrado en la Biblia, múltiples disciplinas (biblistas, historiadores, filólogos, arqueólogos, geólogos, geógrafos, oceanógrafos, climatólogos, teólogos, etc) han tenido algo que opinar en algún momento. Quizá se nos exija un poco de simplificación, un poco de sentido común para aceptar la plausibilidad de algunas hipótesis menos grandilocuentes que las mostradas por Hollywood, pero más ajustadas a los patrones de evidencia disponibles.
-
Las 10 plagas de Egipto son uno de los relatos más recordados de la Biblia; como todo el núcleo de las historias del éxodo, son de una amplia recordación en la cultura popular y permanecen inmersas en el saber colectivo de la humanidad. Los habitantes del siglo XXI encuentran difícil comprender la noción de plagas, para muchos bordean el reino de lo irreal; son materia de cuentos, mitos y leyendas, pero olvidamos que catástrofes climáticas, ambientales o epidémicas están a la orden del día y nos rodean sin que nos percatemos de ello. Así lo fue para el mundo bíblico, las plagas fueron muy reales, incluso omnipresentes en la historia antigua. Una vez más a través de diversas hipótesis intentaremos darle marco histórico a los relatos de la Biblia, en esta ocasión a las 10 plagas, narración inmersa en algún momento de la historia de Egipto.
-
La discusión de la historicidad de Moisés parte de la crítica textual, ya que hasta el momento no existe evidencia arqueológica que demuestre su existencia histórica. Los textos presentan un personaje vívido, rico en matices y de psicología compleja, un personaje con una vida privada fracturada en múltiples ocasiones por el dolor y el sufrimiento, pero una vida pública absolutamente pasmosa que retumba hasta nuestros días. Las múltiples caras de Moisés, su vida como príncipe, como militar y finalmente como "rey" y legislador de una nación en busca de un territorio, contrastan con su vida como pastor en Madián, sus inseguridades en el episodio de la Zarza ardiente, el golpe a la Roca, su "muerte" en Moab y el incierto destino de sus hijos, que reflejan las paradojas de un siervo sufriente, con hondos sacrificios en su vida privada, pero trascendental en lo público como pocos.